El tema se complica: aparece la Gripe Aviar con incidencia grave en mamíferos

Como es conocido, la gripe aviar A (H5N1) es una infección propia de las aves que comporta una elevada letalidad en las aves y que tienen unas importantes repercusiones económicas. Para su prevención y su control la autoridad competente estableció en el año 2003 el correspondiente programa de sanitario y de vigilancia.

Ahora, la reciente aparición de casos de gripe aviar con alta tasa de mortalidad en mamíferos, concretamente en visones en una granja de La Coruña y en leones marinos en la costa del Pacífico en Perú, son realidades que están generando una lógica preocupación entre la comunidad científica internacional, porque es un ejemplo palpable de la estrecha relación entre salud animal, salud humana y medio ambiente que obliga a reforzar las políticas sanitarias basadas en el concepto “una sola salud”.

En este preocupante contexto, la Organización Colegial Veterinaria (OCV) considera que es prioritario y urgente determinar con certeza si los contagios masivos entre las citadas poblaciones se han producido de ave infectada a mamífero o entre los propios mamíferos- Si esto último ha tenido lugar vendría a poner en evidencia la capacidad de adaptación del virus H5N1 a hospedadores distintos a los habituales, es decir, las aves acuáticas silvestres.

Por su parte la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) ha comunicado que se están efectuando varios estudios para analizar más a fondo la virulencia y la transmisibilidad (incluso entre mamíferos) de estos virus, y a partir del resultado de estos estudios evaluar el riesgo real para otros animales y para los seres humanos.

 Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el riesgo para los humanos de la gripe aviar sigue siendo «bajo», pues se lleva propagando entre las aves de corral y las aves silvestres durante los últimos 25 años, y los contados casos en personas (como el caso que se acaba de registrar en Camboya) se deben a un contacto reiterado con animales enfermos y sin equipos de protección (bien entendido que la carne de ave o los huevos cocinados no entrañan riesgo alguno para sus consumidores).

La OCV insiste en la necesidad de una correcta e inmediata aplicación de los protocolos de bioseguridad en las explotaciones donde se detecta la gripe aviar. Los mismos incluyen el sacrificio de todos los animales de la granja, la eliminación de sus restos y el aislamiento con dos anillos de control alrededor, uno de 3,5 kilómetros y otro de 10.

La normativa también establece que hay que inmovilizar los animales ubicados en el entorno y todos sus productos. Si surgen positivos, se eliminan y se desinfecta la zona. Después, se siguen tomando muestras y análisis, dentro de una minuciosa labor de vigilancia y de prevención para salvaguardar la sanidad animal, la seguridad alimentaria y, en definitiva, la salud pública.

 

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