ALIMENTOS PARA TODOS

A pesar  de las dificultades impuestas por la pandemia, que han minimizado la movilidad de la población, en los países desarrollados como España, el abastecimiento de alimentos se ha mantenido casi normal. Esto indica que la producción en el campo y las cadenas de distribución ha funcionado bien. No se puede decir lo mismo para algunos de los países en vías de desarrollo.

Momentos difíciles para la economía, después de una primavera favorable, las cosechas de verano superan las previsiones más optimistas, sin que sean suficientes para compensar las disponibilidades de granos-pienso, aunque nuestra ventaja diferencial sea la exportación de frutas y hortalizas.

Es curioso que desde las Administraciones Públicas se congratulen por el aumento de la superficie ‘ecológica’ hasta los 2.35 millones de hectáreas, lo que significa el 9.3% de nuestra superficie agraria útil. Se destaca que España se mantiene como primer productor de la Unión Europea en este ámbito.

Sin embargo, no todo es favorable. Cuando se analizan las producciones que se obtienen con la agricultura ‘ecológica’, se detecta su punto débil. Una bajada de las producciones con respecto a lo que se consigue con una agricultura sostenible respetuosa con el medio ambiente.

La producción media de trigo en secano en España es de 3 610 kg/ha, mientras que para el ‘ecológico’ la producción se reduce a 1 357 kg/ha. Para el maíz en regadío los 11 687 kg/ha de producción media, se reducen hasta solo 8 756 kg/ha. En consecuencia, el aumento de la superficie ‘ecológica’ de la agricultura significa incrementar la superficie cultivada para mantener la producción, con menos espacio para el ‘medio natural’, aunque esto lo tuvieran que hacer los países de fuera de la UE.

La alternativa es la agricultura con mayor nivel de tecnología, lo que no significa más electrónica. En una planta de tomate hay más tecnología que en un iPhone. Gracias a la mejora de la tecnología se ha pasado en cultivos como la remolacha azucarera de producir medio kilogramo de azúcar por metro cuadrado de campo cultivado a más de 2 kilogramos en la misma superficie.

La Naturaleza no da de comer más que a un número de habitantes cazadores-recolectores muy limitado. Agricultura y Ecología son conceptos antagónicos. En el momento que el hombre prehistórico hace un surco en el suelo para colocar una semilla, produce un ‘impacto ambiental’, muy limitado si son pocos los habitantes que ocupan el territorio, pero significativo para alimentar a los cerca de 7 000 millones de habitantes que ahora ocupan la Tierra.

Para algunos agricultores puede ser bueno que miles de personas compren productos ‘ecológicos’, pero es muy importante que los compradores conozcan lo que compran y el impacto ambiental que su cultivo ocasiona.

Si se compran por motivos de salud, es lo mismo que decir que los productos que consume la mayoría de la población son insanos, por lo que había que prohibirlos. Sin embargo, la esperanza de vida de los países desarrollados aumenta continuamente, lo que no sucedía con las técnicas ‘ecológicas’ utilizadas para cultivar hace 100 años.

Nunca tuvimos alimentos más saludables y en cantidades suficientes para cubrir las necesidades de una población en crecimiento exponencial. Lo importante para el futuro es desarrollar una tecnología agrícola que permita producir más utilizando recursos renovables.

Con un cordial saludo,

Luis Márquez Delgado

Dr. Ingeniero Agrónomo

Director Técnico de Agrotécnica

 

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