Todo hace prever que las importaciones de carne de China caerán en el 2023

De acuerdo con un artículo publicado por don Ignacio Iriarte en La Voz y según un reciente documento publicado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) denominado “China, Livestock and Products Anual”, las importaciones de ese país de carne vacuna caerían en 2023 por primera vez en 12 años, proyectándose compras de 2,5 millones de toneladas, contra 3,1 millones de toneladas calculadas para el año en curso, lo que representa una caída de 19 por 100.

En este ámbito, el USDA estima que el consumo chino de carne vacuna caería de 10,2 millones de toneladas este año a 9,9 millones de toneladas en 2023, mientras que el consumo de carne de cerdo se calcula para el año próximo en 53,7 millones de toneladas, contra 52,9 millones de toneladas de 2022 (+1,5 por 100).

Paralelamente las importaciones de carne porcina para 2023 se proyectan en 1,85 millones de toneladas, contra dos millones de toneladas de 2022 (7,5 por 100 menos) y los 4,3 millones de toneladas importadas en 2021 (57 por 100 menos).

En las últimas dos semanas los precios de importación de la carne vacuna de China han registrado una nueva caída, que acumulada resulta del orden del 30 por 100 con respecto al pico de cotizaciones de marzo-abril pasado.

Pero, mientras tanto, la devaluación del yuan, la caída ostensible de la actividad económica, las estrictas y cada vez más frecuentes y generalizadas cuarentenas, la acumulación de stocks en cámara, la caída de los precios internos de la carne vacuna y las voluminosas importaciones de los últimos meses explicarían el pesimismo de los operadores y la reducción prevista en las importaciones para el 2023.

En agosto pasado China importó 274 mil toneladas de carne vacuna, volumen que marca un nuevo récord histórico y que se ubica un 44 por 100 por encima de lo importado en julio del año pasado. Ese mes, China importó solo 140 mil toneladas de carne porcina.

Se prevé que las importaciones chinas de carne vacuna seguirán siendo todavía muy altas en agosto y septiembre, en función de los elevados volúmenes embarcados por el Mercosur y Oceanía a este destino en los meses recientes, y que es carne que en su mayor parte está en tránsito y aún no arribó a puertos chinos.

Los efectos de las cuarentenas (política de Covid-19 cero), de la crisis inmobiliaria y financiera, y el aumento de los costos de la energía y de los alimentos, obligan a revisar –a la baja– en estas últimas semanas las proyecciones de producto interno bruto (PIB) chino, con pocas perspectivas de que esta situación se revierta en el corto plazo.

Completan un panorama poco favorable una ola de calor sin precedentes y una intensa seca, que está afectando no solo a la agricultura sino a toda la economía.

Se multiplican los cortes de luz programados, por el preocupante bajo nivel del agua en ríos y represas.

En el periodo de enero a julio de este año 2022, el 38 por 100 de las importaciones chinas de carne vacuna provinieron de Brasil, 18 por 100 de Argentina, 15 por 100 de Uruguay, 9 por 100 de Nueva Zelandia, 7 por 100 de Estados Unidos, 7 por 100 de Australia y un 6 por 100 corresponde a  otros abastecedores.

Sólo en julio, China importó 132.000 toneladas de carne vacuna de Brasil, un volumen sin precedentes.

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