¿Es la estocada definitiva al Ganado Bravo?
Lo llevo diciendo desde hace un par de años en mis clases, seminarios y/o escritos, el Ganado Bravo se encuentra en España (aunque también, en los últimos años, en el ámbito de la Unión Europea) en el centro de una importante borrasca de críticas y de descalificaciones, que no han hecho sino aumentar en los últimos tiempos.
La mencionada borrasca amenaza ya muy seriamente su supervivencia como centro de una ancestral actividad ganadera, tremendamente afectada hoy por los efectos colaterales de la COVID – 19, al buscar, entre otras cuestiones, promover su desprestigio social, irle cercenando sus estructuras y lo más importante dadas las circunstancias, lograr que se le nieguen las ayudas institucionales. Se trata de una bien meditada “operación de acoso y derribo”, de desgaste, que, poco a poco, ha ido dando sus frutos.
Así, hace pocas fechas, la Comisión de Cultura de nuestro Congreso de los Diputados rechazó la enmienda presentada por el Grupo Popular para incluir al sector taurino, insisto empresarialmente muy afectado por la situación económica y social generada por la actual pandemia, en el Proyecto de Ley por el que se aprueban medidas de apoyo al sector cultural y de carácter tributario, para hacer frente al impacto económico del COVID – 19. El resultado de la votación final fue: 18 votos en contra, 15 a favor y una abstención
Paralelamente, Unidas Podemos, en las enmiendas que ha presentado a la Ley de la Infancia, ha propuesto que se prohíba taxativamente la entrada de menores en los espectáculos taurinos; además, solicita que sólo puedan ejercer esta actividad personas que hayan cumplido la mayoría de edad (la propuesta pide añadir una disposición adicional al Proyecto de Ley Orgánica de protección integral de la infancia y de la adolescencia frente a la violencia, modificando la ley 10/1991, de 4 de abril, por la que se regulan los espectáculos taurinos (responsable de la mencionada Ley es la Vicepresidencia de Derechos Sociales y Agenda 2030, que está bajo la responsabilidad de don Pablo Iglesias).
Se trata, como ya he indicado, de que se incluya que «los participantes en espectáculos o festejos taurinos y escuelas de tauromaquia deberán ser mayores de 18 años”. También ha solicitado esta formación política que “quede prohibida, con carácter general, la entrada y permanencia de menores de dieciocho años en plazas de toros, o recintos habilitados cuanto tengan lugar eventos taurinos, incluidas escuelas taurinas si éstas utilizan animales en sus prácticas”).
Para formular estas propuestas se ha fundamentado la formación morada en las recomendaciones del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, en las que se hace mención a la necesidad de «prevenir los efectos nocivos para los niños del espectáculo de los toros” Por otra parte, hace ahora una semana el actual Ministro de Cultura de Deportes, don José Manuel Rodríguez Uribes, en una entrevista publicada por el periódico “EL Mundo«, manifestaba que “él no debía recomendar ni fomentar ir a los toros; el teatro sí, porque es pacífico y no despierta polémica”.
Finalmente, la última tormenta generada por la borrasca en cuestión ha surgido en el Parlamento Europeo, que se ha posicionado claramente en contra de los toros. En efecto, una mayoría de los miembros que componen el Parlamento, votó en contra de que la Política Agraria Común (PAC) subvencione «las cabezas de ganado cuyo destino final sea la venta para actividades relacionadas con la tauromaquia, ya sean vendidas directamente o a través de intermediarios» (el resultado de la votación fue de 335 votos a favor de la prohibición, 297 en contra y 60 abstenciones). La enmienda fue apoyada por los verdes, los socialistas, parte de los liberales (el PNV se abstuvo en todas las enmiendas relacionadas con la tauromaquia), la izquierda unitaria (Podemos, IU, EH Bildu) y parte de los no inscritos como JuntsXCAT.
Ahora, al igual que hace cinco años, la pelota está en el alero y todo depende de la negociación que llevará a cabo el Parlamento Europeo con el Consejo y la Comisión Europea, para conformar el texto definitivo de la reforma.
Si esta negociación termina prohibiendo todo tipo de subvenciones al “mundo del Ganado Bravo”, ello puede muy bien suponer a medio plazo, muy a mi pesar, como zootecnista – torista que me considero, la estocada definitiva al Ganado Bravo; es decir, al toro de Lidia, y a la actividad ganadera que en él se sustenta (y estamos hablando de que ya principios del siglo XV había ganaderos de Ganado Bravo en Andalucía y de un censo actual en España, que si bien está en receso, todavía cuenta de unos 110.000 animales reproductores y unas 220.000 cabezas totales).
¡Sería, sin duda, aunque haya personas que no lo quieran ver ni entender, una gran pérdida, una pérdida irreparable, para nuestro Mapa Bovino y también para nuestra ganadería!
¿Pueden ustedes maginar, en un futuro no lejano, a algún ejemplar residual de Ganado Bravo en un Parque Zoológico o en algún Santuario, Refugio, Animal? Deplorable.
Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.
Universidad Politécnica de Madrid
Universidad Alfonso X el Sabio
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