El problema de la malversación de alimentos
De acuerdo con los datos que se manejan a nivel internacional prácticamente un tercio de la producción global de alimentos termina en el cubo de basura. A los largo del año 2018 se estima que fueron malversadas 1.300 millones de toneladas de alimentos.
Según los datos publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, de estas toneladas malversadas corresponden un 45 por 100 a las frutas, un 35 por 100 al pescado y 20 por 100 a la carne.
Para producir todos estos alimentos se necesitaron 1.400 millones de hectáreas de cultivo, lo que equivale, más o menos, a una extensión del tamaño de casi 30 veces España. Teniendo en cuenta que la agricultura y la ganadería generan a nivel de la U.E. un 12 – 13 por 100 del total de emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) pero que a nivel mundial son responsables aproximadamente el 23 por 100 de las emisiones de CO2 del planeta (contaminación mayor que la industria y el transporte), cabe imaginarse las dimensiones de la huella de carbono generadas por el desperdicio alimentario.
Los hogares españoles, en el año 2018, tiraron a la basura 1.339 millones de kilos/litros de comida y bebida, es un 8,9 por 100 más que el año anterior, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Lo más grave es que el 84 por 100 del total desperdiciado “fueron productos sin utilizar” (es decir fueron tirados antes de ser cocinados). Entre los que más se desperdician se encontraron las frutas y hortalizas y las verduras, con un 46 por 100 del volumen de productos sin utilizar, seguido de los derivados lácteos que supusieron un 13 por 100.
Según el doctor don José Luis Gabriel Pérez, miembro del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria: “si el campo produce de forma intensiva (y por tanto genera más emisiones) es porque en el ámbito urbano se consume de todo y de forma exagerada”.
En este marco cabe señalar que el Timmermans afirmó en un discurso ante el Comité Europeo de las Regiones, que celebró su pleno en Bruselas, que serán necesarias inversiones de “cientos de miles de millones de euros anuales” para afrontar la emergencia climática. Según el señor Timmermans “hay que entender que no actuar también nos va a costar una fortuna. No podemos permitirnos quedarnos a la zaga”; una mejor organización entre los niveles distintos de gobierno permitirá “perfilar el proceso para que proteja nuestros valores y nuestra ciudadanía”.
La nueva Comisión Europea presentó el pasado 11 de diciembre una primera comunicación para el futuro Pacto Verde Europeo.
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