El Gobierno y los proyectos de producir carne cultivada

Como tantas veces lo hemos comentado en nuestro boletín, es imposible “poner puertas al campo” y así la carne cultivada que procede de la acción de biorreactores que generan la multiplicación y el crecimiento de células procedentes de animales dadores (que no deben ser sacrificados) se acerca a pasos agigantados al mercado; es decir, al plato el consumidor. Como comentamos oportunamente, Singapur se convirtió el pasado mes en el primer país en aprobar este tipo de alimento y en Europa se prevé que haya una regulación de esta naturaleza próximamente.

La empresa, denominada Biotech Foods, que está ubicada en San Sebastián, y dispone de una planta piloto de escalado de la carne cultivada en San Sebastián y ya trabaja en el diseño de una próxima de capacidad industrial. Ahora acaba de conseguir una subvención de la Comisión Europea correspondiente al programa Horizonte 2020 para su proyecto Meat4All de carne cultivada. En este caso, la ayuda es de 2,7 millones. Es la primera ocasión que el Ejecutivo comunitario financia un proyecto de carne cultivada, según la empresa.

En este marco, nuestro Ministerio de Ciencia, a través del CDTI, ha otorgado también a ocho empresas del sector agroalimentario y tecnológico 3,7 millones de euros para desarrollar la mencionada carne cultivada. El objetivo es que además de la carne cultivada se desarrollen grasas saludables e ingredientes funcionales, que permitan la obtención de productos cárnicos más saludables que la carne roja tradicional y reduzca la incidencia de cáncer de colon e hipercolesterolemia.

Según  se ha publicado, el proyecto español más avanzado, que se corresponde con la tecnología de la empresa vasca Biotech Foods, acaba de recibir financiación europea y también del Gobierno Español en un consorcio en el que participan reconocidos fabricantes de productos cárnicos como, por ejemplo, Argal y Martínez Somalo.

La producción de este tipo de carne (en el caso de Biotech Foods de origen porcino, pero puede ser también vacuno o de ave), comienza con la biopsia del músculo del animal, que luego se reproduce por cultivo celular hasta conseguir una masa cárnica –con la marca Ethica Meat– que puede utilizarse como materia prima para elaboraciones como salchichas, hamburguesas, albóndigas o embutidos.

La realidad es que esta actividad comienza a ser estratégica en muchos países por ser una proteína que puede ayudar a evitar la sobredimensión de la ganadería y que, como se ha comentado, no necesita del sacrificio del animal, en un contexto de población mundial creciente y más demandante de carne. El entorno empresarial también se está volviendo más competitivo, con casi 40 compañías desarrollando este tipo de alimento y alrededor de 300 millones en inversiones en el último año, según los datos de Biotech Foods.

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