Crece el consumo del vino durante el confinamiento
El consumo del vino ha crecido en los hogares de la Unión Europea durante el confinamiento por la crisis del Covid-19. Así se pone de manifiesto en una encuesta elaborada por la Asociación Europea de Economistas del Vino (EuAWE) y la Cátedra de Vinos y Espirituosos de la INSEECU, realizada en ocho países (España, Bélgica, Italia, Francia, Austria, Alemania, Portugal, Suiza) para determinar cómo la crisis sanitaria está afectando el comportamiento de los consumidores europeos de vino.
Los encuestados de los cuatro países consumen relativamente pocas bebidas espirituosas en comparación con la cerveza y el vino. La cerveza es consumida principalmente por estudiantes y, más generalmente, por jóvenes menores de 30 años. Las personas de más edad tienden a consumir vino. España destaca por una frecuencia de consumo de cerveza significativamente mayor que la de otros países. En todos los países, la frecuencia del consumo de vino ha aumentado considerablemente con el confinamiento, mientras que ha disminuido en el caso de la cerveza y, aún más, en el de las bebidas espirituosas. Es en Francia donde el aumento de la frecuencia del consumo de vino es más marcado: el 44% de los encuestados declara beber vino con más frecuencia durante el confinamiento que en circunstancias normales.
La categoría de 30 a 50 años es la que más ha aumentado su frecuencia de consumo de bebidas alcohólicas, mientras que los jóvenes han bebido con menos frecuencia. El hecho de no tener hijos en el hogar también es un factor en el aumento de la frecuencia de consumo de bebidas alcohólicas. Por último, los ingresos desempeñan un papel estadísticamente significativo en el aumento de la frecuencia de consumo de bebidas alcohólicas sólo en Francia. Los mayores ingresos se asociaron con una mayor frecuencia de consumo de vino, mientras que los menores ingresos aumentan la frecuencia de consumo de cerveza.
Cambios en los patrones de compra y consumo
Los encuestados gastan menos, en general, en bebidas alcohólicas, particularmente en bebidas espirituosas. El precio medio de compra del vino disminuye significativamente. Los supermercados siguen siendo el principal canal de distribución. La mayoría de los demás canales experimentan un fuerte descenso. Dos canales de suministro han ganado terreno durante el confinamiento:
Dos hechos destacados caracterizan el efecto del confinamiento a este respecto:
– Ha habido un aumento significativo en el consumo de vino de los consumidores solteros, especialmente entre los hombres con ingresos modestos y los desempleados.
– La explosión del fenómeno de los aperitivos digitales. Esta importante aparición de los aperitivos digitales es espectacular entre los jóvenes italianos, especialmente los estudiantes, y entre los franceses, sobre todo los de 30 a 50 años de edad, en las zonas urbanas y con ingresos holgados. Casi la mitad de los encuestados franceses señala que han seguido esta forma de aperitivo.
Ansiedad, como acelerador del consumo
Una característica fundamental del confinamiento es que la ansiedad generada por la pandemia es un factor asociado al aumento del consumo de todas las bebidas alcohólicas en todos los países. Más que el miedo al virus en sí, los encuestados expresan un temor muy fuerte por las consecuencias económicas de la crisis sanitaria. Esta preocupación «económica» tiene un impacto particular en el aumento de la frecuencia del consumo de bebidas alcohólicas.
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