Opinión
Un fin en sí mismo
El pasado viernes, despedimos al sacerdote Daniel Eskixabel, una persona buena, un hombre de paz, bondadoso, humilde donde las haya y todo un ejemplo del compromiso social de la iglesia. Personalmente, lo conocí como párroco de mi pueblo, Legorreta, y fue un cura bien integrado en el pueblo, y más concretamente, con la cuadrilla de mis padres.
Xabier Iraola Agirrezabal