Primeras pinceladas acerca de la PAC 2028 -2034

Es verdad que todavía estamos relativamente lejos de la “próxima PAC”.  No obstante, ya se están dando los primeros pasos en esta dirección, fundamentados, al menos conceptualmente, en las conclusiones presentadas hace unos pocos días del denominado “Diálogo Estratégico”, que vio a la luz a principios de año cuando estaban en su apogeo las protestas de los agricultores y de los ganaderos, hartos de promesas, de burocracia y de falta de unas rentabilidades dignas en sus empresas.

Pero, debe mencionarse que estos balbuceantes inicios se han de enfrentar a dos situaciones realmente complejas.

La primera, que es la que más me preocupa, es la posible entrada de Ucrania en la Unión Europea (y no se olvide que se está aplicando en este caso, en razón del conflicto armado que vive este país, como consecuencia de la invasión rusa, el procedimiento de urgencia).

Ucrania es una gran potencia agraria; ello significa que habrá un flujo importante del dinero de la PAC que se desviará hacia los ganaderos y agricultores ucranianos. Paralelamente, creo que cabe esperar un aumento significativo de la complejidad comercial en que se mueve la Unión Europea, especialmente en el ámbito de las oleaginosas, pero también de los cereales.

La segunda y no menos importante, es que hoy se desconoce totalmente la cuantía de los fondos de la U.E. que recibirá la PAC. Para saberlo hay que espera que se defina el nuevo Marco Financiero Plurianual, que habrá de establecerse para el periodo 2028- 2034.

El Marco Financiero Plurianual, que rige actualmente para el periodo 2021 – 2027, es muy cercano a los casi 1,1 billones de euros, con un fondo de recuperación de 750.000 millones. Nada nos permite pensar actualmente que esta cifra se verá aumentada significativamente en el futuro; antes, al contrario, todo apunta a que puede haber una reducción que puede llegar a ser sensible de la cifra indicada.

Ante estas perspectivas, los expertos, que son prácticamente los mismos que participaron en el mencionado “Diálogo Estratégico”, proponen una importante reorientación de las ayudas directas en el ámbito agrario.

Éstas pasarían, de acuerdo con estas propuestas iniciales, de estar fundamentadas en un modelo que se basa en el apoyo por hectárea, bajo el principio de “para todos, café”, a concentrarse las mismas en los “agricultores activos que más lo necesiten”.

En este contexto se pretende dar, al menos inicialmente, un mayor protagonismo a los ganaderos y agricultores con empresas pequeñas y medianas; a los jóvenes que se incorporen a la actividad agraria y a aquellas empresas del sector que estén ubicadas en zonas desfavorecidas y/o que presenten dificultades naturales (por ejemplo, de acceso o de lejanía).

En este marco se indica que, a la hora de conceder las mencionadas ayudas, se deberían tener muy en cuenta que se trate de empresas viables, aunque no se especifica cómo se establecerá esta viabilidad, que no deja de ser una cuestión, en mi opinión, muy compleja de valorar a priori.

Sí se hace una especial mención en este documento preliminar, que no deja de ser realmente de un “documento de intenciones”, a la necesidad de apoyar y promover la sostenibilidad de las empresas del sector.

Por esta razón, se propone apoyar a las MTD´s que sean favorables a la protección del medioambiente y a la realidad climática. Ello supone, al menos en las intenciones, el dar un mayor protagonismo a los ecorregímenes, lo que puede suponer el estructurar el sistema de los pagos medioambientales a partir de unos resultados prácticos que fueran medibles a través de una serie de indicadores objetivos.

Y todo ello acontece cuando las presiones sociales sobre el sector agrario, especialmente el ganadero, no dejan de aumentar, tal y como lo pone en evidencia la última Iniciativa Ciudadana Europea que propone un ritmo de cierre anual del 50 por 100 de las empresas ganaderas de la Unión hasta llegar a su desaparición.

Y me permito concluir esta nota parodiando a Sancho Panza: “Quien no haga caso a todos estos hechos y apuntes, es loco”.

 

 

 

 

Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito

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