La Unión Europea y las iniciativas ciudadanas
Como lo exponía hace unas pocas fechas en una video – conferencia, no es fácil entender lo que realmente es y puede suponer finalmente, la denominada “iniciativa ciudadana europea”. En realidad, la iniciativa ciudadana europea pretende ser un instrumento ejemplar y ejemplarizante de democracia participativa en la Unión Europea (U.E. – 27).
Utilizándola adecuadamente un millón de ciudadanos que residan en una cuarta parte de los Estados miembros (EE.MM.) pueden llegar a obligar a la Comisión Europea (CE) a presentar una propuesta de acto jurídico para aplicar a los Tratados de la Unión.
Después de la aplicación del Reglamento del año 2011, que fue el que estableció de forma pormenorizada los procedimientos de la iniciativa ciudadana europea, diez iniciativas han cumplido los requisitos para ser presentadas ante la Comisión (desde enero del año 2020 se ha establecido nuevas normas nuevas normas que la hacen más accesible).
El primer paso para llevar a cabo una iniciativa ciudadana europea se fundamenta en crear un comité organizador, que se denomina “comité de ciudadanos”. El mismo debe estar compuesto por, al menos, siete personas residentes en un mínimo de siete EE.MM. diferentes (aunque no han de tener necesariamente siete nacionalidades distintas); además, estas personas deben tener una edad suficiente para poder votar en las elecciones al Parlamento Europeo. El comité ha de designar a un representante y a un sustituto, que serán las personas de contacto para la iniciativa ciudadana europea en cuestión.
Tras la inscripción, los organizadores tienen seis meses para iniciar la recogida de firmas. Si una iniciativa ciudadana europea recibe al menos un millón de declaraciones de apoyo en un plazo de un año y se alcanza el número mínimo en al menos siete Estados miembros, la Comisión deberá decidir si toma medidas en respuesta a la solicitud y deberá explicar sus razones. Debe quedar claro que el contenido de las iniciativas expresa únicamente las opiniones del grupo de organizadores y en ningún caso puede considerarse que refleja las opiniones de la Comisión.
Ahora y esta es la razón fundamental de esta nota mía, una de las últimas iniciativas presentada (5 de junio 2024) es la que se lleva por título «Stop Cruelty Stop Slaughter” y tiene dos objetivos.
El primero es el de incentivar en la Unión Europea (U.E. – 27) la producción de las proteínas vegetales, incluida la leche vegetal, los sucedáneos de los huevos y las carnes cultivadas; ello unido a la necesidad de investigar una producción más ética y limpia de estas carnes (aprovecho aquí para recordar a los lectores del boletín de ÁGORA TOP GAN mi afirmación de hace unas pocas semanas acerca de que no es posible poner puertas, ni barreras, a los avances tecnológicos)
El segundo objetivo es elaborar en el ámbito de la U.E. – 27 unos planes concretos para reducir los censos de los animales en las granjas de producción pecuaria. La propuesta es que esta reducción sea del 50 por 100 anual y así lograr cerrar progresivamente todas las granjas de la Unión Europea.
Naturalmente, ignoro cómo acabará con el discurrir de los años esta iniciativa ciudadana, ni tan siquiera pudo saber si prosperará, pero deseo hacer dos reflexiones al respecto.
La primera es que estas iniciativas, de corte, en mi opinión, manifiestamente populista, son como esta fina lluvia del Norte de España que, cuando cae, parece que “casi no llueve” y te acaba calando hasta los huesos. Este tipo de propuestas y de mensajes son los que acaban calando profundamente en la sociedad de la Unión, cada vez más urbanita. Por esta razón, nunca se puede saber, a priori, que nos depararán con el tiempo.
En este sentido, la segunda reflexión, como tal vez recuerden los “menos jóvenes”, se fundamenta en hacer una mención, aquí y ahora, acerca de cómo empezó, hace ya muchos años (a finales del siglo pasado), el tema de la propuesta de prohibición de las clásicas jaulas de toda la vida, en el caso de las gallinas ponedoras (con efecto en el año 2012); desde entonces esta “fina lluvia” no ha dejado de caer.
Así, ahora (unos 25 años después), la Comisión Europea se ha comprometido, nada más y nada menos, enarbolando, esto sí, la manida bandera del “bienestar animal”, a eliminar progresivamente todas las jaulas en las granjas con bases animales de renta; en este contexto, se tiene previsto que la mencionada prohibición afecte, a todas las granjas de la U.E., en el año 2027.
Y es que a veces, en la U.E. lo que empieza pareciendo una “fina lluvia” sin razón técnica acaba siendo un tsunami.
¡Cosas de la Unión!
Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!