Las reflexiones de un avicultor

No es infrecuente, ni mucho menos, que, a mi correo personal, lleguen opiniones y también, como es lógico, críticas a mis notas semanales insertadas en el Boletín digital de Ágora Top Gan.

Hasta el presente, no he publicado ninguna de estas opiniones, pero, en esta ocasión y espero no sea la última, con la autorización previa del autor, don Mariano Malón Mendi, sí voy a hacerlo porque, creo, expresa muy bien el sentir real de los avicultores el sector de la avicultura de carne español que luchan, día tras día para sobrevivir, a pesar de todas las dificultades y de las amenazas que emanan de los muy bien remunerados burócratas, cómodamente asentados en Bruselas

Dice así:

Soy un granjero dedicado a la avicultura de carne, con una autorización para 120.000 pollos.

Estoy muy preocupado por la situación de ruina total a donde nos quieren llevar.

Actualmente, con una densidad de producción de 17 pollos m2. o 39 kg. m2. no se pueden mantener económicamente la inversión de la instalación, los costes de producción y las mejoras o las reparaciones, y dejamos aparte el beneficio.

Unas ganancias que se deberían lograr a partir de unas inversiones millonarias y de una dedicación y de un trabajo, siempre pendiente de la instalación las 24 horas diarias, o sea una dedicación de esclavitud; vigilantes de que todo funcione para solucionar cualquier problema que, en 30 minutos, nos puede llevar a la ruina por asfixia de los pollos, si no lo solucionas, sea durante el día o durante la noche. 

Y todo lo expuesto para llevar al consumidor una carne de primera calidad y a un bajo costo económico para la población y después de todo esto que me diga cualquier economista como se puede afrontar la explotación citada con una reducción de la densidad de la producción, como pretenden, de 11 kg m2, o sea, una reducción a 4 pollos m2. Ello supone una reducción de las densidades de un 75% por lo que se aumentaría los costes de calefacción al tener una mucha menor densidad. 

Con estas medidas nos llevan al cierre de las explotaciones y a la ruina, y lo que es peor, a un aumento de las emisiones de CO2 ya que para mantener el abastecimiento del consumidor. hay que producir los pollos en otros países lejanos con un transporte impresionante y una calidad de carne sin el control que tenemos en la U.E. y por supuesto sin las medidas de bienestar animal.

Así es que pediría que piensen bien que lo que quieren hacer.

Un saludo

 

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