Sostenibilidad en las granjas de vacuno de leche (I)

La sostenibilidad, término actualmente muy en boga y muy utilizado,  es una cualidad que permite que los sistemas productivos puedan satisfacer las necesidades actuales sin comprometer las futuras en ninguno de sus ámbitos: económico, social y ambiental (Roch y col., 2022)

La mayoría de los que hablan de sostenibilidad están pensando, fundamentalmente, en la sostenibilidad ambiental de una actividad económica, como lo es la producción ganadera. Pero el concepto, tal y como se ha definido, va mucho más allá.

La continuidad de la ganadería, a medio – largo plazo, sólo podrá ser realmente posible si se garantiza su sostenibilidad económica.

Si la actividad ganadera deja de ser rentable para las personas que viven de ella, se puede provocar el abandono de la actividad y, con ello, un enorme perjuicio sobre los factores técnicos y sociales relacionados.

Este desafío de ser económicamente competitivo debe conjugarse, al mismo tiempo, con ser capaz de hacer frente a los retos sociales como son la preocupación por los impactos ambiental y ético de la producción animal.

Por esta razón, cualquier modificación en los sistemas productivos (por ejemplo, cambios en razón de exigencias legislativas) debe tener en cuenta su impacto en dicha sostenibilidad económica para que el rendimiento empresarial no se vea afectado.

La sostenibilidad de los sistemas productivos: en la producción de alimentos, la sostenibilidad tiene un elemento diferencial que hemos de considerar siempre. Como sociedad debemos dar una respuesta adecuada al desafío del incremento de la población mundial a lo largo del último siglo.

Consecuentemente, tenemos el reto de suministrar alimentos en la cantidad y calidad suficiente para satisfacer las necesidades nutricionales de toda la población. Y, además, debe llevarse a cabo en un complejo contexto de cambio climático y de limitación de la disponibilidad de los recursos naturales.

El Acuerdo Verde, que constituye la última propuesta de la Unión Europea (U.E. – 27), apuesta por el desarrollo de una economía limpia y circular. Desde esta política se deriva la Estrategia “De la Granja a la Mesa” y la de Biodiversidad o de la economía circular.

Esta estrategia constituye un nuevo enfoque integral en la forma en que la U.E. – 27, en nombre de los propios ciudadanos europeos, valora la sostenibilidad de los alimentos, de forma que incorpora objetivos, no sólo ambientales, sanitarios y sociales, sino incluso éticos en lo referente al modo en cómo se producen los alimentos.

Con esta estrategia de producción de alimentos en la UE, no sólo deberán ser seguros, abundantes, nutritivos y de alta calidad, sino que deberán ser producidos también de forma sostenible (figura 1).

 

Figura 1. Estrategia “De la Granja a la Mesa” del Pacto Verde Europeo

 Sin embargo y esta es una cuestión fundamental, no se dice nada de garantizar la rentabilidad de la producción a agricultores y ganaderos (de hecho, se limita el tamaño máximo de las granjas), ni de la contradicción que supone limitar el uso de fertilizantes y pesticidas con la producción abundante de alimentos.

En la segunda parte del presente artículo profundizará en estas cuestiones.

 

 

 

 

Antonio Callejo Ramos
Dr. Ingeniero Agrónomo
Profesor Titular de Universidad
Dpto. de Producción Agraria
ETS de Ingeniería Agronómica Alimentaria y de Biosistemas (Edificio Agrícolas)

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