Avena: sanidad vegetal del cultivo y su repercusión en la alimentación/producción animal

Se ha cumplido un año desde que comencé esta serie de artículos agronómicos sobre la importancia de la sanidad vegetal de los cultivos, alimento de nuestros animales (maíz, sorgo, soja, girasol…)

Como se ha podido ir viendo, en los artículos ya publicado, los efectos de las plagas vegetales en las alteraciones físicas, en la composición (y en el valor nutricional) y/o en el rendimiento del cultivo, pueden tener, entre otras, consecuencias significativas en la salud de las bases animales de las ganaderías (caso de las micotoxinas, por ejemplo) o en su productividad: siendo la alimentación el coste principal en las explotaciones ganaderas, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).

La avena es el cereal con menor valor energético debido a su capa protectora del grano o pericarpio, que supone el 25-30% del peso del grano, que le aporta un elevado contenido en fibra respecto al de energía y proteína, de acuerdo con la Fundación Española para la Alimentación Anima (FEDNA)l, y con menor valor nutricional (varios autores).

No osbtante, su riqueza en macronutrientes, vitaminas, minerales y fitoquímicos unido a sus requerimientos agrícolas relativamente bajos lo convierten en un cultivo destacado entre los cereales (Menor et al. 2016), siendo utilizado en alimentación animal, por su grano (A. sativa, A. nuda…), por su cascarilla o como planta forrajera (en pastoreo, heno o ensilado, sola o con leguminosas forrajeras) según apunta la Red Andaluza de Experimentación Agraria.

Por otro lado, la “avena loca” (A. sterilis L., A.fatua L.) actúa como mala hierba para otros cultivos utilizados en alimentación del ganado, como los cereales de invierno (MAPA, 2015) o las leguminosas (MAPA, 2021), siendo importante considerar  el riesgo de la resistencia de la misma a los herbicidas, así como la rotación de cultivos o el barbecho, para su prevención y control.

En cuanto a las plagas, la cubierta protectora característica de la avena, que dificulta el acceso de las enzimas y microorganismos del aparato digestivo a los nutrientes del endospermo y el germen, puede resultar “ a priori” una barrera física frente a plagas y enfermedades.

Sin embargo, la avena es un cereal susceptible a insectos (ácaros, pulgones,etc.) o enfermedades (Ustilago sp.), entre otros, que alteran el desarrollo normal del cultivo, afectando a la panícula, al contenido del grano, etc.Entre estas estas amenazas se encuentran incluso plagas cuarentenarias de la Unión como Helicoverpa zea o Spodoptera Frugiperda, detectada ya en el en el territorio comunitario en 2023…

Todos estos efectos relacionados con la sanidad vegetal sobre los cultivos utilizados para la alimentación animal actúan, consecuentemente, como factores condicionantes de la producción animal, directa o indirectamente, dadas sus repercusiones a nivel nutricional, sanitario, y por ende, productivo. Y cada vez en mayor medida, considerando las Perspectivas Agrícolas 2023-2032 OCDE-FAO, según las cuales en 2032 el 37% del total de cereales producidos mundialmente se destinarán a la alimentación animal, siendo ya en la actualidad el forraje para la ganadería el segundo uso de los productos básicos agrícolas a nivel mundial y, cada vez más, para la acuicultura…

Afortunadamente, existen métodos para prevenir, controlar y erradicar estas amenazas (varieadas de cultivos resistentes a ciertas plagas, productos fitosanitarios, prospecciones, controles oficiales,etc.), marcos normativos, investigación e inversión en esta materia clave…

No obstante, conviene no olvidar y poner de manifiesto lo fundamentales que son estas sinergias existentes entre el mundo ganadero y la sanidad de los cultivos para la seguridad alimentaria presente y futura. Y aprovechar fechas tan representativas como los Días internacionales de la Sanidad Vegetal (12 de mayo) y de la Inocuidad de los alimentos (9 de junio) o el día de San Isidro Labrador (15 de mayo), como una oportunidad para la concienciación, la visibilización y la reflexión: ¡Sin agricultura nada!

Carmen Morera Martínez
Cuerpo de Ingenieros Agrónomos del Estado