El desconocimiento de «Bruselas» en temas referidos a la producción ganadera de la Unión Europea
Aunque lo que voy a comentar en la presente nota tiene una incidencia directa en el quehacer cotidiano del sector pecuario de la Unión Europea (U.E. -27), LATAM debe tomar buena nota, como tantas veces lo he expuesto “in situ” y no cometer nuestros mismos errores.
Desde mi particular punto de vista, un gran problema, con doble vertiente, que tenemos en la actual Unión Europea, insisto a nivel del sector pecuario en el sentido amplio del término, es, en primer lugar, que estamos inmersos (y casi ahogados) en un complejo entramado burocrático, tan ineficiente como ineficaz y (que lleva a nuestros ganaderos a la desesperación y a las protestas).
Un entramado que lleva a justificar, políticamente hablando, un gran número de puestos de trabajo que, probablemente, en un porcentaje significativo, pudieran ser, ante la muy necesaria simplificación burocrática, claramente prescindibles (la Comisión Europea tiene actualmente, nada más y nada menos, que cerca 32.000 funcionarios y contratados laborales).
Como comentario adicional exponer que un asistente gana unos 2.000 euros al mes y un Director General más de 20.000 euros al mes (en todos los casos más beneficios adicionales; cobertura médica completa, subsidio para la educación de los hijos; vacaciones generosas, pensión de jubilación; subsidio de expatriación, etc. etc.).
La segunda vertiente del mencionado problema es que, muchas, pero muchas, de las personas que están profesionalmente ubicadas en los órganos legislativos y en los de la toma de decisiones en la U.E., que afectan directamente a nuestro sector ganadero, no tienen ninguna relevante experiencia profesional real y contrastada, en este ámbito.
Como expuse en mi discurso de ingreso en la Real Academia de Doctores de España (RADE)… la EFSA (la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria o European Food Safety Authority), ha publicado, con un horizonte 2027 y una aplicabilidad en el año 2030, una hoja de ruta con el objetivo mencionado de mejorar y de garantizar el bienestar de los mencionados animales de renta, especialmente de los vinculados a la producción de alimentos….Pero, tal vez, en la Unión Europea, debería llevarse a cabo antes un análisis muy sincero, objetivo y positivamente crítico, acerca de la formación zootécnica (en el sentido amplio del término) y también de la experiencia empresarial ganadera real de los funcionarios y de las personas, si fuese el caso, que toman decisiones al máximo nivel en este ámbito en la U.E. – 27 y de las personas y/o de colectivos que “les asesoran”.
Un ejemplo donde queda claramente plasmada esta falta real de conocimientos, es en la tan criticada propuesta de reforma del Reglamento 1/2005 referido al transporte de animales vivos y que, cuando se aplica adecuadamente, permite tener, en la práctica, unos altos niveles de bienestar. Obviamente, todo Reglamento es mejorable en razón de los avances técnicos y científicos, que llevan consigo el discurrir del tiempo.
Pero lo que no se puede es promover, bajo un prisma técnico real, una reforma basada en un modelo de “café para todos”, cuando, en el seno de la territorialidad de la U.E. la realidades geográficas, climáticas y/o logísticas, son enormemente heterogéneas, es una total “sinrazón”.
¿Acaso es comparable la compleja realidad de la Península de Jutlandia, por ejemplo, con la de nuestra región andaluza sujeta a condiciones climáticas cada vez más calurosas? o ¿es comparable la posición geográfica central en la U.E. de los Países Bajos con la posición periférica y lejana de la Península Ibérica?
Lamentable y consecuentemente no puedo en forma alguna, sencillamente por razones de responsabilidad profesional, apoyar la actual propuesta europea de regulación del bienestar animal en el transporte, porque, sencillamente, está conceptualmente mal elaborada, probablemente en razón del desconocimiento (o ignorancia) al que hago referencia en el título de la presente nota.
Y es que, como dice aquel viejo refrán, “la ignorancia es la madre del atrevimiento”. Y, por lo que se puede constatar, “en Bruselas” hay mucho, pero mucho atrevimiento.
Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito
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