Un tema sin final: la Unión Europea y el Bienestar Animal
Como dice el título de la presente nota, en la Unión Europea (U.E. – 27) la cuestión del Bienestar Animal (B.A.), especialmente en lo que atañe a los animales de renta, que comprende a aquéllos que se crían o mantienen para obtener alimentos o productos de origen animal, o para unos fines comerciales o lucrativos, es un tema inacabable o que, con la perspectiva actual no parece tener final.
Ahora, la EFSA (la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria o European Food Safety Authority), como parte del ámbito de sus competencias, pretende fundamentar, en la evaluación del nivel de B.A, en metodologías cuantitativas y cualitativas objetivas y fiables, en los animales de renta ubicados en las empresas ganaderas dedicadas a la producción comercial.
Con esta finalidad, ha publicado, con horizonte 2027 y aplicabilidad 2030, una hoja de ruta con la finalidad de mejorar y garantizar el bienestar de los mencionados animales de renta, especialmente de los vinculados a la producción de alimentos.
Con esta finalidad, la EFSA se propone empezar a recopilar datos que deberán ser de buena calidad y susceptibles de ser estandarizados de acuerdo con la prioridad de la EFSA que es la de desarrollar, a partir de proyectos plurianuales, unas bases adecuadas para evaluar y priorizar las cuestiones relativas al Bienestar Animal.
Y todo ello bajo la idea, excelente por otra parte, de buscar armonizar todos los indicadores y los métodos utilizados con el fin de poder establecer lo que la EFSA llama «objetivos claros y acordados a nivel de la Unión Europea”.
Hasta el presente, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha recopilado una elevada cantidad de información (basada en 385 actividades de las cuales 290 son de desarrollo) y, paralelamente, ha analizado 64 modelos de certificación y otras 16 modelos de aplicación, todos ellos relacionados con la evaluación del Bienestar Animal.
Según la EFSA, por una parte, hay una clara carencia de protocolos adecuados para poder realizar una evaluación rutinaria del nivel de bienestar en pollos de engorde, en codornices y en algunos animales que medran en el medio marino; por otra, son escasas o, incluso inexistentes, las investigaciones, en al ámbito de las ganaderías comerciales, en lo que compete a los terneros, a las aves de corral y a los conejos.
La propia institución reconoce la falta de datos para poder determinar los diferentes umbrales (que son dinámicos, obviamente) y para poder considerar factores de riesgo tales como las etapas del ciclo vital de los animales de renta, los sistemas de cría, la especie animal considerada, los factores ambientales, etc.
Es verdad que ya existen algunas técnicas que, con su aplicación, es posible monitorizar el bienestar de las bases animales. La aplicación, en un número elevado de granjas, de sistemas automáticos de monitorización permitiría tener un número significativo de datos reales y fiables sobre la cuestión que aquí nos ocupa.
A partir de esta macro base de datos se podría realmente pensar en la mejora de los sistemas y de las técnicas de la moderna producción animal.
Estoy muy de acuerdo con la EFSA que faltan datos actuales, reales y fiables, para poder tomar decisiones acertadas y de carácter zootécnico.
No obstante, a pesar de ello, hoy, en la Unión Europea se pretende, en el marco del “Modelo de la Unión Europea de Producción Animal”, establecer futuros modelos productivos cuya “objetividad zootécnica” puede estar, desde mi punto de vista, cuanto menos cuestionada, por mucho que se enarbolen las banderas del Bienestar Animal y/o de la protección medioambiental.
Dos ejemplos de ello lo pueden constituir la intención de disminuir la carga ganadera en las granjas dónde se ceban pollos de aptitud carne a la tercera parte de la actual o la de priorizar los pollos de aptitud carne de crecimiento lento.
Tal vez, en la Unión Europea, habría de hacerse un análisis muy sincero, objetivo y positivamente crítico, acerca de la formación zootécnica (en el sentido amplio del término) y también de la experiencia empresarial ganadera real de los funcionarios y de las personas, si fuese el caso, que toman decisiones al máximo nivel en este ámbito en la U.E. – 27 y de las personas y/o de colectivos que “les asesoran”.
Sinceramente, pienso que por aquí es donde debería empezar a desarrollar su nuevo programa multianual la EFSA, evitando, por supuesto, la que denomino “consanguinidad intelectual, colectiva y/o política”.
De seguir como hasta el presente, al final, tal vez, no será tanto un problema de la cantidad y de la calidad de los datos disponibles, sino de la adecuada capacidad de interpretación zootécnica de los mismos y de su vuelco técnicamente correcto a la hora de establecer en la U.E. los futuros sistemas y técnicas de producción ganadera.
Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito
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