Conclusiones de PROVACUNO ante la reforma del transporte de animales

  1. El Reglamento CE 1/2005, en vigor, ha permitido tener unos altos niveles de bienestar a los bovinos transportados en la Unión Europea. Aquellos aspectos que se modifiquen en él deben estar muy fundamentados y justificados desde la ciencia.
  2. Como regla general, la ciencia concluye que el factor estresante prioritario ligado al transporte de animales de la especie bovina es el cambio de entorno, con todo lo que ello supone.
  3. La ciencia discrepa sobre una influencia exacta de la duración del viaje en el bienestar de los bovinos, aunque parece evidente que para una distancia el viaje debe tener la menor duración posible.
  4. La densidad de carga, marcada por el Reglamento actual, es adecuada. Además este factor puede ser muy útil para optimizar el bienestar de los bovinos, adaptándose a los cambios ambiéntales y de recorrido del viaje.
  5. Las propuestas del sector español del transporte de animales bovinos suponen una mejora del bienestar animal, sin repercutir negativamente sobre la estructura social del sector ni sobre los costes; pudiendo representar un incremento mínimo del impacto ambiental, inferior al 0,1%.
  6. La limitación del transporte de terneros lactantes a la distancia recorrida por un camión en 18 horas impediría el traslado de este tipo de animales desde la mayor parte de los orígenes de la Unión Europea a nuestro país. Esto podría significar la pérdida de actividad de 3.200 granjas, que se concentraría especialmente en Cataluña y Aragón, que iría asociada a una reducción de la actividad de la industria cárnica, que llevaría asociada una pérdida de empleos directos e indirectos estimada en 4.800, y una disminución del valor de la actividad sectorial de 820 millones de euros (en adelante m€).
  7. La reducción de los tiempos de viaje, considerados como viajes cortos, en el transporte de terneros lactantes a 8 horas obliga a que una parte de los transportes de terneros lactantes desde la Cornisa a otras zonas del país deban realizarse con vehículos acondicionados para alimentar a los animales, con lacto reemplazantes, a mitad de camino.
  8. La obligación de parar durante 3 horas en los viajes largos de terneros lactantes para suminístrales leche puede significar una mejora del bienestar aparente, pero el suministro de leche, podría generarles algún problema de disbiosis intestinal, por lo que sería aconsejable hidratarlos y suministrarles energía con algún otro producto.
  9. La imposición de tiempos máximos de viaje sin paradas intermedias a otros grupos de terneros, prevista como primera opción en el documento de la Comisión Europea, tiene un impacto muy elevado en la pérdida de actividad económica, por el cierre de granjas, la reducción de actividad general de la industria cárnica y otras industrias auxiliares, como la de elaboración de piensos y forrajes. La alternativa que se propone en ese documento es autorizar las paradas intermedias, pero solo para los movimientos entre granjas. Esta decisión limitaría la entrada de terneros de ámbito comunitario, provocaría el cierre de granjas, la reducción de la actividad en las industrias y la reducción de las importaciones y exportaciones del ganado vivo. El impacto de estas medidas se estima en 790 granjas afectadas, 1.190 empleos perdidos y una caída del valor de la producción de 210 m€.
  10. Las modificaciones de la normativa de bienestar animal asociada a la limitación de la duración de los viajes de bovino podrían suponer una reducción del valor económico del sector vacuno de carne en España del 25% y la pérdida de 5.989 empleos directos e indirectos.
  11. La limitación del movimiento de bovinos a viajes cortos, cuando las temperaturas diurnas previstas se mantengan entre los 25 y los 30ºC, o a viajes por la noche, cuando se superen los 30ºC podrían alterar la organización del sector del transporte de terneros lactantes, terneros pasteros y terneros para industria durante cinco meses al año en buena parte del territorio español. Una decisión de estas características podría suponer:
  • Una reestructuración de la ubicación de granjas de engorde, con el cierre de un importante número de las que actualmente se ubican en las zonas cebo y la apertura de otras nuevas en zonas próximas a los lugares donde se crían las vacas nodrizas y lecheras.
  • Una limitación de las llegadas de terneros para engorde procedentes de países de la UE.

Estimamos que, como consecuencia de los dos puntos anteriores, 2,200 granjas de engorde reducirían su actividad en un 40% anual, abocándolas al cierre. Asociadas a esta actividad se estima una pérdida potencial de 3.300 empleos. A la vez, habría que construir nuevas granjas en otras zonas de la geografía española.

  • Una reestructuración de los puntos de sacrificio de ganado, derivado de un exceso de capacidad en el este del país frente a una capacidad insuficiente en el oeste.
  • En su conjunto se estima que el valor de la producción de vacuno de carne en España se podría reducir en un 17,1%.
  1. El aumento de la superficie por animal en los medios de transporte no se asocia, necesariamente, a un mayor confort de los animales, ya que puede significar mayor dificultad para mantenerse de pie durante el movimiento. Lo importante es disponer de espacio para descansar cuando el vehículo se detiene. Todo ello, con independencia de incrementar el coste de producción y las emisiones asociadas.
  2. El aumento de la altura de los compartimentos en los que se transportan los animales puede significar un incremento de costes significativo, debido al hecho de tener que reducir un piso en los vehículos de transporte, lo que supone un aumento notable de los costes y del impacto ambiental. Se estima un incremento de costes de 115,8 m€ al año.
  3. El aumento de la edad de salida de los terneros lactantes de las granjas lecheras a los 35 días generaría dificultades de organización en las granjas lácteas, que verían incrementados sus costes en una cifra estimada de 21,8 m€; el mayor coste del transporte de terneros, que se estima en 55,2 m€, se podría compensar parcialmente con la reducción en sus costes de alimentación.
  4. El conjunto de las medidas recogidas en el borrador del informe de impacto de la Comisión Europea sobre el bienestar animal podría suponer la desaparición de 6.190 granjas de producción en España, especialmente de terneros, 2.200 de las cuales se tendrían que reubicar, reduciéndose en un 25% el número de animales faenados, así como el conjunto de la actividad de la industria del vacuno. Además, los costes de producción de la cadena de valor se incrementarían en un 220,8 m€, lo que significaría un 3% del valor de la producción.

Tras la realización de este análisis, que incluye la revisión bibliográfica de las publicaciones a nivel mundial, los avances de la legislación europea, las propuestas españolas y las potenciales propuestas de la Comisión Europea, y de discutir y debatir en torno a las conclusiones queremos recoger una reflexión final: la sociedad europea y la norteamericana apuestan por garantizar el bienestar animal en el transporte de terneros. Por ello, sus administraciones persiguen el buen manejo y el bienestar animal.

Sin embargo, sus políticas son distintas, como lo son las consecuencias para los sistemas productivos y para la viabilidad de los sectores. Mientras la UE se dirige siempre a una limitación máxima de las condiciones de transporte, en USA o Canadá consideran técnica y científicamente unos viajes de duración 3 o 4 veces superiores a los establecidos en la UE.

Un ejemplo concreto es el de los terneros lactantes, para los que no encuentran mayor perjuicio que el lógico desequilibro energético, al transportar terneros de una edad media de 11 días, en viajes de hasta 16 horas

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