Adaptación del cerdo ibérico a la norma de calidad: edad y crecimiento

Alberjón oro amarillo.

En el control de la ingesta y del crecimiento, intervienen complejos mecanismos que dependen de diferentes sistemas y tejidos del organismo (nervioso, endocrino, digestivo, adiposo, etc.) que interaccionan entre sí provocando las sensaciones de hambre y saciedad.

En el cerdo blanco la selección genética se ha dirigido, en las últimas décadas, a conseguir animales con un crecimiento muy rápido, algo primordial cuando se trata de producir cantidades elevadas de carne.

Aun así, en épocas puntuales de alta producción y poca demanda del mercado puede interesar ralentizar la salida de los animales al matadero, para lo que se han valorado distintos manejos en la alimentación que pueden disminuir hasta cierto punto el consumo y, en consecuencia, el crecimiento; hablamos de elevar la fibra de la dieta (neutro detergente, bruta), el calcio, disminuir la energía, simplificar las dietas con el predominio de una materia prima (maíz, trigo, cebada), con mayor efecto si aplicamos a la vez más de uno de ellos.

A diferencia del cerdo blanco, el cerdo Ibérico es un animal muy voraz, adipogénico, con menor capacidad para retener proteína y crecimiento más lento. Sin embargo, es necesario reducir el consumo de alimento para cumplir con las exigencias de la “Norma de calidad para productos del cerdo Ibérico” (RD 4/2014), evitando un engrasamiento excesivo de la canal.

El Real Decreto obliga a que los animales de cebo (cruzados 50%) tengan, al menos, una edad al sacrificio de 10 meses y un peso de canal de 115 kg, que lo alcanzan cuando el peso vivo se acerca a los 150 kg.

Para llegar a los 10 meses de vida ralentizando el crecimiento y, evitando consumos de pienso y pesos desmesurados, se han empleado diferentes estrategias: concentrar la dieta energéticamente, diluirla aumentando el volumen con más fibra, ambas con resultados limitados, o racionar durante las primeras fases del engorde (adaptación-crecimiento y cebo) dejando un consumo ad libitum para el acabado con la posibilidad de modificar el perfil de la grasa para adaptarlo a la calidad necesaria.

El empleo de leguminosas locales como materia prima para piensos porcinos es de interés por motivos evidentes: son alternativas proteicas a la soja, cultivos sostenibles, fuentes de biodiversidad y presentan factores bioactivos (FBA) en su composición con funciones muy diversas.

Concretamente, el alberjón (Vicia narbonensis; Alb) legumbre autóctona de la cuenta mediterránea, tiene un FBA específico: el dipéptido γGlutamyl-S-Ethenyl-Cysteine (GEC). La cantidad de GEC oscila, según variedad y condiciones de cultivo, entre 0,4 y 3,8% del peso de la semilla y tiene una relación directa con la palatabilidad de la dieta. Es una característica de interés para controlar el consumo de pienso en el cerdo ibérico.

En un ensayo llevado a cabo en el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León para valorar el efecto de la inclusión de Alberjón (control-0%, 5%, 10%, 20%) en el pienso de 56 machos ibéricos cruzados de cebo (136 a 261 días de vida), se constató que según se incrementaba la cantidad de Alberjón el consumo disminuía hasta un 13%, con diferencias de peso al sacrificio de 24 kg (control-0%: 174 kg vs 20%:150 kg).

Si consideramos que las dietas eran isonutritivas y que el peso de inicio del ensayo fue de 61,78 ± 0,86 kg es muy previsible que partiendo con pesos más bajos (final de transición con 18 a 20 kg) se pueda llegar a los 10 meses de edad al sacrificio sin pesos excesivos.

En consecuencia, sabiendo la cantidad de GEC de las semillas de los alberjones que vamos a utilizar podremos adaptar las dietas para favorecer el cumplimento de la norma de calidad con pesos de sacrificio que no supongan un engrasamiento excesivo de las canales.

 

 

 

Emilio Gómez Izquierdo
Veterinario, Dr. Ingeniero.
ITACYL. Consejería de Agricultura, Ganadería y
Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León.
gomizqem@itacyl.es

 

 

 

José Gómez Fernández
Dr. Veterinario
ITACYL. Consejería de Agricultura, Ganadería y
Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León.
gomferjs@itacyl.es

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