La problemática del lobo en Castilla y León
En Castilla y León, el sector agrario ocupa un papel muy destacado en su actividad económica, fundamentalmente por la propia idiosincrasia territorial de la región, el 98 por 100 de su superficie es rural y ello determina que la agricultura y la ganadería se desarrollen por cerca de 70.000 agricultores y ganaderos profesionales en las nueve provincias que conforman la Comunidad.
En la Producción Final Agraria, la ganadería tiene más peso que la agricultura y contamos con más de 36.000 ganaderos que desarrollan su actividad a lo largo y ancho de esta vasta región.
La ganadería de Castilla y León ocupa las primeras posiciones en los censos ganaderos de nuestro país: en vacuno, ovino, cerdo ibérico, conejo, aves, etc.
Tradicionalmente la ganadería extensiva ha ocupado una posición muy destacada en las nueve provincias de la Comunidad. La convivencia con todo tipo de adversidades se ha convertido en algo que los ganaderos han sabido lidiar a lo largo de su amplia historia.
Ahora bien, de un tiempo a esta parte, desde el ingreso de España en la Unión Europea y la constitución de las Comunidades Autónomas en nuestro país, la gestión del lobo se ha convertido en un auténtico problema.
La Directiva Hábitats de 1992 declaró el lobo especie protegida en la que no se podían utilizar medidas de gestión de la especie. Se consideró el Duero una barrera infranqueable para el lobo, que tenía censos más elevados en el norte de este rio.
Esta previsión resultó errónea y las medidas de protección que se desarrollaron a lo largo del tiempo determinaron que la especie creció y atravesó el rio Duero extendiéndose por las provincias del sur, en las que los ganaderos no estaban nada acostumbrados a convivir con la especie y a defender al ganado de sus ataques. Cuestión que en el norte si habían desarrollado mediante perros mastines especialmente adiestrados en la defensa frente al lobo y también con zonas valladas y cercadas en las que encerrar al ganado.
El censo del lobo se incrementó progresivamente y según datos referidos a 2001 la población ha crecido un 20 por 100. Actualmente hay 180 manadas con 1600 lobos en total.
El lobo se ha constituido en una verdadera amenaza para los rebaños de ganado en extensivo. Si bien hasta 2021 gestionar la población de lobo era un problema en Castilla y León, a partir de septiembre de ese año el problema se agravó al prohibirse la caza en el norte. Hasta ese momento se permitía cazar un número de lobos determinado. Pero incluso siendo esto así en la práctica era difícil llevarlo a cabo porque cazar al lobo siempre ha sido una tarea compleja.
A partir de la declaración del lobo como especie especialmente protegida que conlleva la prohibición de caza de un determinado número de lobos decretada por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, el problema en Castilla y León se ha agravado seriamente.
Los últimos datos disponibles de ataques, cifran en 4000 las reses muertas como consecuencia del lobo y suponen aproximadamente 2 millones de euros de valor. Solo el 65 por 100 de los daños son indemnizados por la Junta de Castilla y León.
No tiene ningún sentido que algo que se puede controlar mediante una adecuada gestión: primero tenga que ser objeto de indemnización con dinero público y segundo se irrogue un daño también moral a los ganaderos, además del daño económico, ya que no se cubren todos los daños, por supuesto que no se cubre el daño que para un ganadero supone ir a recoger su rebaño y encontrarse con reses muertas y dañadas por el ataque del lobo. El rebaño atacado no solo supone la muerte de cabezas de ganado, sino que muchas sufrirán abortos y otras tendrán dificultades para quedarse preñadas.
Resulta de todo punto absurda la decisión adoptada por el Ministerio declarándolo especie especialmente protegida en todo el territorio de la Comunidad, cuando el estatus del norte es el que se tenía que haber llevado también al sur permitiendo la gestión de una especie que ha crecido en exceso en todo el territorio.
Mientras, en países europeos, con censos actualizados del lobo, se permite su caza siempre que represente una amenaza para la ganadería. Este es el caso de Finlandia o Suecia, o en Noruega con 112 lobos censados se permite sacrificar 42 por la presión que han ejercido los ganaderos.
Y en Castilla y León con 1.600 lobos y siendo la ganadería una actividad prioritaria no se permite cazar ninguno. ¡ASÍ NO VAMOS A NINGUNA PARTE!
Silvia Clemente Municio
Senior advisor |agroalimentación innovadora |public affairs|
sostenibilidad |Comunicación| turismo| internacionalización
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