La tuberculosis y la EHE en Castilla y León
La lucha contra las principales epizootias del ganado en Castilla y León ha sido siempre una prioridad. Ocupamos, en nuestra Comunidad Autónoma, las primeras posiciones en nuestro país en el número de cabezas de casi todas las especies de ganadería: primera en vacuno de carne, en ovino, en cerdo ibérico, en conejo, tercera en porcino de capa blanca, etc.
Teniendo en cuenta la proporción de censos en la Comunidad siempre se han conseguido índices de prevalencia de las enfermedades más destacadas del ganado muy bajos, y se ha logrado que se fuera declarando libre de enfermedades importantes a todo el territorio de Castilla y León, así como a diferentes provincias en algunas cabañas destacadas en la región.
Tal fue la declaración libre de Aujeszky para el porcino en 2010 en Castilla y León, siendo la primera Comunidad Autónoma que la consiguió. Siempre se han destinado importantes recursos públicos para las campañas de saneamiento ganadero, con una excelente profesionalidad del cuerpo de veterinarios autonómico que ha conseguido el éxito en el trabajo realizado.
También históricamente ha existido una reivindicación por parte de algunos ganaderos de la provincia de Salamanca en cuanto a la tuberculosis en el vacuno para rebajar las exigencias de control de esta enfermedad. La demanda más habitual ha sido la referida al resultado post mortem que daban algunas de las analíticas de esta enfermedad, ya que aún siendo positivos inicialmente algunos animales, una vez sacrificados en una segunda prueba resultaban negativos. Se pedía que no se hicieran los sacrificios hasta esta segunda y que no se limitaran las condiciones de comercialización del rebaño al que pertenecía la res infectada.
Ahora bien, la cuestión es que la normativa en materia de saneamiento ganadero es muy estricta y viene determinada con absoluta claridad por la Unión Europea (U.E. – 27) y por el Estado español que la ha incorporado. No es posible modificar esta normativa, como tampoco lo es cuando se trata de acceder a las ayudas directas de la PAC. Las condiciones de la normativa son exactamente iguales para todos los casos: HAY QUE APLICARLA.
Somos socios de la U.E. y estamos obligados como miembros de este club a cumplir todas las reglas del juego.
Cuando en el mes de mayo pasado la Junta de Castilla y León decidió modificar las condiciones impuestas por la U.E., que obliga al sacrificio inmediato del ganado cuando da positivo a tuberculosis y a limitar la comercialización del resto del rebaño, el Ministerio corrigió inmediatamente la Orden de la Consejería de Agricultura y el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ratificó la Orden ministerial suspendiendo la aplicación de la decisión autonómica.
Lo que sucedió era algo absolutamente previsible. No se pueden variar, ni modificar, las exigencias del control de epizootias de la cabaña ganadera. Algo que me parece fundamental si queremos conseguir la máxima seguridad alimentaria en Europa.
Históricamente la Comunidad Autónoma de Castilla y León se ha distinguido por un control férreo de las epizootias en el ganado, realizando rigurosas campañas de saneamiento, siempre basadas en una apuesta por la seguridad alimentaria. Creo que este debe de ser el camino que garantice el prestigio que la cabaña ganadera de esta región tiene en España y en el mundo.
Actualmente estamos ante una enfermedad de nueva aparición en Europa, la hemorrágica epizoótica, que había circulado por EE.UU, Australia, Asia y África, pero que ha llegado a Europa en octubre de 2022 a través de Sicilia (Italia) y en noviembre lo hizo a Cádiz y a Sevilla.
Se trata de una enfermedad que en ningún caso afecta a los humanos. Los animales necesitan ser tratados y afecta gravemente a los ciervos, a gamos y corzos. En el caso del vacuno pueden tener síntomas moderados y una afección importante durante dos semanas. Se han establecido restricciones para mover los animales con destino a vida a otros Estados Miembros.
La aparición de esta nueva enfermedad demuestra el control riguroso que debe mantenerse siempre sobre la cabaña ganadera. Además de estar muy alerta, se deben de aplicar las medidas a rajatabla y atajar la propagación de manera contundente.
Las medias tintas nunca han sido buenas, pero en control de epizootias menos.
Debemos ser muy exigente y cumplir todas las normas al pie de la letra, porque solo así, podremos mantener la reputación y el prestigio de la GANADERIA de Castilla y León, que históricamente ha sido posible gracias al trabajo colectivo de un sector de profesionales vocacionales como son los ganaderos.
El propio Darwin reconoció en ellos una actividad que estaba acumulada en su evolución y los caracteriza como alguien que reconoce que le sucede a su rebaño con solo mirarle.
Silvia Clemente Municio
Senior advisor |agroalimentación innovadora |public affairs|
sostenibilidad |Comunicación| turismo| internacionalización
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