La situación del mercado lácteo en España; perspectivas
De acuerdo con lo publicado en el Boletín digital de AGAPROL – OPL del pasado 22 de septiembre, la costumbre ha hecho que la reducción del número de explotaciones lecheras en nuestro país pase inadvertida cuando de analizar estadísticas se trata.
El sector da por hecho que la desaparición de explotaciones lecheras es algo irresoluble y nos hemos “anestesiado” ante el drama y el problema que eso conlleva. En España ya sólo entregaban leche en julio 10.276 ganaderos.
Esto supone que en lo que va de año 2023 han cerrado 314 granjas y las presiones apuntan a que el número de cierres aumentará en el último trimestre del año. Eso significa que antes de que termine 2023 en España contaremos con menos de 10.000 explotaciones en activo.
El relevo generacional y el abandono del medio rural son problemas que afectan al sector agrícola y ganadero que hasta la fecha se habían resuelto con el crecimiento de las explotaciones que permanecían abiertas.
Esa situación, sin embargo, se complica cada vez más. Al problema de la rentabilidad de las explotaciones se suma ahora el de una normativa restrictiva en cuanto al trasvase de animales de las granjas cerradas a las que aún permanecen en activo. Si el futuro ya es difícil por si sólo ahora la normativa agrava aún más esa realidad.
La traducción de lo anterior es el descenso en la producción láctea en un país que acentúa cada vez más su condición de deficitario. El último dato de entregas FEGA que recoge este Observatorio Agaprol aporta una visión global de los niveles de producción de nuestro país frente a la malintencionada interpretación que de los datos del ministerio de Agricultura se hace en algunos foros interesados. La producción con respecto al mes de julio de 2022 efectivamente ha crecido un 1,4% pero ese dato esconde una clave trascendente.
Los datos de julio de 2023 se están comparando con los de julio de 2022 cuando la intensa e histórica ola de calor que asoló España durante aquel verano provocaron un descenso de la producción con respecto a 2021 del 2,2%. La cifra, por tanto, es de descenso neto en un 0,8% con respecto a un ejercicio estándar y no de aumento como se intenta hacer ver.
En España cada vez se produce menos y se importa más. La seguridad alimentaria y los vaivenes en los precios no dependerán, por tanto, de la profesionalidad del sector sino de quienes pretenden plantear el futuro del sector con una visión cortoplacista del mismo.
Por otra parte, la brecha entre los precios Europeos y los nacionales se mantiene prácticamente inamovible hasta situarse en los 7,72 €/100 kg. Los mercados internacionales, por su parte, han dado ciertos signos de recuperación en las últimas subastas GDT Fonterra que, según Rabobank, podrían estar empezando a notar un repunte de la demanda en el sudeste asiático además de la siempre impredecible política de compras liderada por China.
Esta tendencia del mercado internacional de derivados lácteos junto con el descenso de la producción y el mantenimiento del consumo interno tendrán la clave de la evolución del precio de la leche cruda en el último tercio del año.
También resaltar que el índice Silum, por su parte, continúa marcando bajadas para el Pienso Complementario. La finalización del acuerdo del grano ucraniano con Rusia ha sido compensada con la llegada de grano barato desde el continente americano que, por su parte, ha registrado una de las mejores cosechas de la historia.
Mención aparte merece la evolución del precio de los forrajes. El descenso de la producción en las zonas de regadío durante la última campaña amenaza con tensiones aún más los precios de cara al último trimestre del año cuando se terminen las reservas del año pasado.
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