Don César Lumbreras: la breve historia del ternero Calcetines; Planas, Miranda y Almansa
Este es el pregón publicado por don César en el Boletín de AGROPOPULAR y empieza así: es un anticipo de lo que contaremos luego. Es el comienzo de la historia del «ternero Calcetines», que hoy 16 de septiembre cumple once días de vida. Su madre padecía la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), de la que venimos hablando desde hace unos cuantos meses, que afecta al ganado vacuno, sobre todo, y el «ternero Calcetines» se contagió en el útero, nació con llagas en la boca y el morro, por lo que no podía mamar, con las pezuñas deformes y no se podía poner en pie. El ganadero, el salmantino Juan Luis Martín Sevillano, decidió que tenía que hacer todo lo posible por salvar al «ternero Calcetines» y se puso a ello. De momento lo ha conseguido, con mucho esfuerzo, desvelos y gasto de dinero.
Como él son muchos los ganaderos, cuyas vacas y toros se están viendo afectados por esta enfermedad, que se sienten desamparados y desasistidos por parte de las Administraciones, especialmente del Ministerio de Agricultura.
Durante las últimas semanas hemos recibido bastantes correos de ganaderos que nos hablan de su desesperación, o de sus familiares, que nos cuentan que los ganaderos han entrado en depresión. Leo el texto resumido de uno de esos correos, que nos remite Lucía de las Heras: «soy hija de un ganadero que está sufriendo el grave problema que tenemos actualmente con nuestras vacas. Se están muriendo y nadie hace ni dice nada al respecto. El abandono que existe por parte de las Instituciones es bochornoso».
Es verdad que son las Consejerías de Agricultura las que tienen la responsabilidad directa en lo relativo a la sanidad animal. Pero, cuando el problema afecta a la mayor parte de España, como es el caso, el Ministerio de Agricultura debe intervenir y, por lo menos, coordinar a las comunidades autónomas. ¿Lo ha hecho?
Pues no. Luis Planas, como es su costumbre, ha mirado para otro lado, a pesar de que el problema surgió ya hace diez meses; bastante tiene con ocuparse de gestionar el cobro, al mismo tiempo, de su sueldo como ministro y de sus dos pensiones, sí, dos, una de la Comisión Europea y otra del Parlamento Europeo, hasta sumar algo más de 140.000 euros en 2022.
Sus subordinados, Fernando Miranda, secretario general de Agricultura, y Valentín Almansa se han debido contagiar de la desidia de su jefe y esta semana han provocado el enfado de los ganaderos al decir, el primero, que se han celebrado reuniones con las comunidades y las organizaciones agrarias para coordinar las actuaciones. ¿Cuándo, dónde, con quién y a qué nivel, señor Miranda?
En el caso de Valentín Almansa, el encargado de la sanidad ganadera, tres cuartos de lo mismo; esta semana se ha negado, por ejemplo, a reunirse con representantes del sector ganadero de Salamanca, que es la provincia que tiene más ganado vacuno de toda España. Luis Planas prometió hace quince días, justo en Salamanca, una reunión que, según dijo, tendría lugar en dos semanas, que ya han pasado, para abordar el problema; dicho encuentro todavía no se celebrado.
Mientras tanto, crece la angustia, el malestar de los ganaderos, muchos de ellos sumidos ya en depresión, y los consejeros del PP y de Vox, que son ahora mayoría en la Conferencia Sectorial de Agricultura, sin levantar la voz de forma conjunta. ¿A qué esperan? ¿Es esta su forma de velar por los intereses del sector agrario? Mientras tanto, el «ternero Calcetines» todavía vive y ya mama, gracias a los desvelos del ganadero propietario.
¡Ojalá llegue a convertirse en toro y pueda observar las noches de luna llena desde la dehesa salmantina!
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