Manifestación convocada frente al MAPA por Unión de Uniones en Madrid
La semana pasada, 180 tractores y alrededor de medio millar de agricultores y ganaderos de toda España se dieron cita en el centro de Madrid para denunciar la inacción del Gobierno frente a la situación de sequía a la que se enfrentan.
Los manifestantes acudieron desde Cataluña, Extremadura, Castilla y León, Castilla La Mancha y desde otros territorios. Algunos partieron desde el lunes para llegar tras tres días conduciendo sus tractores para decir «basta».
Los manifestantes solicitaban ayudas accesibles y adecuadas a las grandes pérdidas que cargan consigo. Las consecuencias de la sequía ha sido dar lugar a la «peor cosecha de la historia» para muchos de los agricultores, que además se enfrentan a costes de producción muy elevados por la inflación y las limitaciones impuestas por la nueva Política Agraria Común (PAC).
Asimismo, acusaron al Gobierno por desprotegerles frente a la producción de otros países que no cumplen con ciertos requisitos sanitarios tales como la trazabilidad o la sostenibilidad que a ellos les impone la Unión Europea. Ello supone el riesgo de perder «la soberanía alimentaria» frente a países terceros y generar el progresivo abandono del campo. «Si esto ocurre, estamos muertos», indica uno de los portavoces de la asociación.
El resultado negativo expuesto lo mostraron portando un ataúd con un cadáver donde se podía leer el mensaje: El futuro que nos espera, al que acompañaron con bengalas, petardos, pitadas, silbidos e incluso cencerros acompasados, para mostrar su repulsa frente al silencio de las institución.
La gran aglomeración de tractores provocó los correspondientes cortes en el centro de la capital. No obstante, a partir de las 12,20 comenzaron a llegar decenas de tractores y los manifestantes a las puertas del ministerio dirigido por don Luis Planas.
Apenas hubo movimiento de puertas a dentro del ministerio, salvo por algún curioso que se asomaba por las ventanas para contemplar la concentración. Los trabajadores respondieron pidiendo al ministro que bajase, «que suban las cortinas», pero en Agricultura guardaron silencio, salvo por un comunicado emitido durante la tarde del pasado jueves.
Desde el Gobierno comenzaron los procedimientos para enviar las primeras ayudas a afectados por la sequía, una medida que no consiguió evitar la concentración. «Si con esto pensaba que nos iban a calmar, han conseguido el efecto contraria, nos han cabreado más», manifestó el coordinador de Unión de Uniones de Agricultura don Luis Cortés.
La respuesta del Ministerio d Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), con ayudas por valor de 712 millones de euros, de las que ya se han adjudicado 355 millones para 74.651 titulares de explotaciones ganaderas, distan mucho de solucionar el problema de fondo o de atender las reclamaciones de los manifestantes.
«Hemos perdido 900 hectáreas de cereal de secano, y nos ofrecen ayudas para 20 o 45 de ellas dependiendo de la zona», lamenta el señor Cortés, que calcula en 40 mil millones de euros las pérdidas que han asumido los agricultores y los ganaderos.
Entre sus reivindicaciones, reclaman que el Gobierno les garantice un 50 por 100 de las pérdidas para poder seguir con su actividad, junto a la flexibilización de la PAC y medidas como una mejor coordinación de la planificación hidrológica para el uso del agua y apoyo económico vía impuestos, financiación y mejora de los seguros agrarios, «muy alejados de la situación real a la que se enfrentan”.
«Cambiaremos de políticos, cambiaremos de Gobierno, pero si no cambian las políticas volveremos, volveremos y volveremos», señalaron los portavoces de Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, tras aclarar que si ellos paran, «toda la cadena alimenticia se detendrá».
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