La importancia social y económica de la población rural

Europa está asistiendo a un profundo cambio demográfico, como resultado de la caída de las tasas de fertilidad y del aumento de la esperanza de vida. Las estimaciones muestran que la población de la UE pasará de 511 millones en 2016 a 520 en 2070, mientras que la población en edad de trabajar descenderá significativamente de 333 a 292 millones.

Se producirá un importante descenso de las personas en edad de trabajar con respecto al número de personas mayores de 65 años, con una ratio muy inferior de las que trabajan con respecto a las jubiladas. A medida que aumenta la edad media de los europeos, se ven afectados los sistemas de bienestar, así, como las potencialidades de crecimiento económico en Europa.

No obstante, debido a diferencias en la intensidad y velocidad, el efecto del envejecimiento no afecta por igual a todos los países y regiones. Se halla asimismo agravado por el progresivo proceso de urbanización, en virtud del cual especialmente las regiones rurales periféricas y económicamente rezagadas están sufriendo un éxodo en los centros urbanos de su población en edad laboral.

Estamos viviendo un segundo éxodo, ya no sólo se emigra del medio rural a las ciudades, ahora se emigra también de las ciudades de regiones rurales a las ciudades más grandes. En España fundamentalmente a Madrid y a Barcelona.  Se estima que para 2050 las regiones urbanas de Europa aumentarán su población en 24,1 millones de habitantes, mientras que la población de regiones predominantemente rurales caerá en 7,9 millones. Aquellas regiones en las que la emigración agrava el declive poblacional se enfrentan a problemas que amenazan la viabilidad de muchas comunidades rurales: los costes de financiación de los servicios públicos, la falta de mano de obra, la calidad de servicios esenciales, la conectividad.

Las dinámicas demográficas difieren espacial y temporalmente entre países, regiones, pero también en el seno de las propias regiones. Zonas del sur de Europa tienen tasas de fertilidad hasta un 20% inferiores a la media de la UE, mientras territorios de Europa central y oriental continúan padeciendo altos índices de emigración de sus nacionales. Las actuales evoluciones demográficas y migratorias están alejando cada vez más a la UE de lograr la meta propuesta en el Tratado de Lisboa de una Unión cohesionada económica, social y territorialmente.

Al analizar las zonas rurales el Ejecutivo comunitario alerta de las principales razones por las que se produce la despoblación, tales como “menos acceso a la educación, oportunidades laborales y/o dificultades en acceder a servicios básicos”.

Además, las personas que viven en zonas rurales tienden a abandonar antes los estudios y su formación. La falta de oportunidades en el mundo laboral y el bajo rendimiento de las economías locales también tiene efecto en el desarrollo de la población. Por otra parte, el riesgo de pobreza o exclusión social es superior en el medio rural al medio urbano.

España es uno de los países de la UE con mayor desequilibrio territorial, el 80% de la población vive en el 15% del territorio español y aproximadamente 7,5 millones de españoles viven en el 85% del territorio restante. Este problema tiene que ser abordado con una política integral de país que incluya todas las áreas de gestión: conectividad, vivienda, sanidad, educación, servicios sociales, áreas económicas de desarrollo, entre otras.

Es urgente abordar políticas para corregir la despoblación en toda la UE. No sirve con la PAC, NI MUCHO MENOS CON LOS PROGRAMAS DE DESARROLLO RURAL del segundo pilar. La solución tiene que ser más específica y ambiciosa.

 

 

 

 

Silvia Clemente Municio
Senior advisor |agroalimentación innovadora |public affairs|
sostenibilidad |Comunicación| turismo| internacionalización

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