Cómo mitigar el estrés por calor (EC) en terneros mamones de cebo o recría

 

Es imprescindible asegurar un suministro constante de agua fresca y limpia.

Los terneros deben disponer de espacio y cama seca.

España es un país de veranos muy cálidos. En los últimos años la temporada de calor se ha ampliado y los días con temperaturas muy elevadas se han incrementado, así como las máximas diarias. Parece que los próximos años van a seguir este mismo patrón y con tendencia a recrudecer el fenómeno.

El ganado vacuno europeo está adaptado a climas más suaves y el exceso de calor compromete su bienestar, salud y productividad. La tolerancia al calor y sus límites están bien estudiados en vacas lecheras, pero se abren muchos interrogantes en el caso de sus crías lactantes.

En ausencia de parámetros más o menos fiables, como el Índice de Temperatura y Humedad (ITH) que se aplica en vacas, el estrés por calor (EC) en terneros se analiza por sus manifestaciones fisiológicas:

  • -Tasa respiratoria (De 40-60 respiraciones/minuto a 70 -más de 100 rpm).
  • -Temperatura corporal (38,5-39,1º C a 39,7-40,4º C).

Todo parece indicar que el EC tiene consecuencias indeseables en los terneros., dado que:

  • -Ataca su bienestar.
  • -Modifica las conductas de reposo.
  • -Disminuye el apetito y la ganancia de peso.
  • -Riesgo de deshidratación.
  • -Peor respuesta inmunitaria a infecciones y vacunas.
  • -Mayor morbilidad y mortalidad.

La pregunta clave aquí es: ¿cuándo podemos considerar  que los terneros corren riesgo de sufrir EC? La respuesta es compleja:

El ITH (índice de temperatura y humedad) para terneros lactantes no está claramente definido.

Sí conocemos que la temperatura termoneutra (aquellas temperaturas que no requieren gasto energético para adaptarse a ellas)  para mamones se sitúa entre los 18 y los 26ª C. A falta de parámetros más precisos podemos estimar que el riesgo de EC se puede considerar a partir de los 27ª C con humedades relativas del 50 por 100 o superiores.

No es lo mismo el EC que el golpe de calor. Éste último se produce cuando el ternero es incapaz de soportar una exposición más o menos prolongada a temperaturas muy extremas y sin medios para combatirlas.

El EC es más una condición crónica, ante la persistencia de temperaturas y humedades elevadas durante varios días, sobre todo cuando las noches también son cálidas y no alivian la situación.

La cuestión aquí es: ¿qué medidas podemos adoptar para disminuir el EC? Podemos incidir en:

  • -Las instalaciones.
  • -El manejo.
  • -La alimentación.

En lo que atañe a la adaptación de las instalaciones para prevenir el EC:

  • -En granjas con cubículos se puede modificar la orientación, evitando la exposición al Sur y al Oeste. En épocas cálidas deben orientarse al Norte o al Este.
  • -Mejorar el flujo de aire en cubículos y naves (apertura de todas las ventanas y puertas, instalación de ventiladores o sistemas de ventilación forzada).
  • -Colocar sombra sobre los tejados de los iglús (tenderetes a unos dos metros de altura), material aislante sobre el tejado de naves (balas de paja, por ejemplo, si la estructura lo permite), Árboles frondosos.
  • -Reducir la densidad de población (si se puede, habilitar corrales al exterior adosados a las naves).
  • -Mantener la cama abundante y seca, las camas húmedas fermentan y producen calor adicional.
  • -En caso de suelos de rejilla, limpiar el pozo para que no asciendan gases y calor desde el mismo.

En lo referente al manejo en épocas calurosas:

  • -Reducir todo lo posible las intervenciones sobre el ganado.
  • -Realizar todos los manejos en las horas más frescas del día, al amanecer, por ejemplo.
  • -Evitar esperas de los animales en las mangas y corrales anexos.
  • -Disminuir la densidad de terneros en dichas instalaciones.
  • -Mover el ganado con calma, sin carreras.

Y, por último, la alimentación ante el riesgo de EC:

La importancia crucial del aporte de agua:

  • -Cuando hace calor un mamón va a consumir hasta 4 l de agua al día, además de la leche.
  • -El agua fresca, limpia, siempre disponible favorece un mayor consumo de la misma y del pienso. Cuando se proporciona el agua en cubos es muy preferible suministrar agua fresca nueva varias veces al día en vez de llenar el cubo y dejarlo para uno o varios días seguidos. Cada vez que se cambie el agua debe limpiarse de restos de paja, pienso u otras suciedades.

Atención a la ración:

  • -Incrementar la concentración de sustitutivo lácteo en la dilución.
  • -Emplear piensos de arranque con mayor concentración de energía y proteína y menos fibra.

Obviamente, no se trata de un tema sencillo ya que son muchos los factores que intervienen en el tema que aquí nos ocupa.  Esta es la razón que explica los problemas que surgen con frecuencia en este tipo de granjas.

 

 

 

 

Francisco González
Biólogo y Veterinario
Asesor en Sanidad y Manejo de cebaderos

 

 

 

 

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