Elección del tipo genético y rentabilidad de la vaca nodriza (II)

Como exponía en la primera parte de mi artículo: bajo una fertilidad media de un 85% (de 100 vacas paren 85), una estimación de la productividad en términos de kilogramos de ternero destetado por hectárea, según tipos genéticos explotados en el ecosistema de la Dehesa, puede obtenerse si se aplica la ecuación sencilla expresada al principio de la primera parte:

kg de ternero/ha = CG (vacas/ha) x TD (terneros destetados/vaca) x PD (kg/ternero).

Por ejemplo:

Autóctonas en línea pura: kg/ha = 0,5 vacas/ha x 0,8 teneros/vaca x 205 kg/ternero = 82 kg.

Charolés x Autóctona: kg/ ha = 0,5 vacas /ha x 0,77 terneros/vaca x 225 kg/ternero = 86,6 kg.

Limusín x vacas cruzadas: kg/ha = 0,45 vacas/ha x 0,76 terneros/vaca x 240 kg/ternero = 82 kg.

Limusín en pureza: 0,43 vacas/ha x 0,75 terneros/vaca x 255 kg/ternero = 82,2 kg

Charolés en pureza: 0,37 vacas /ha x 0,72 teneros/vaca x 280 kg/ternero = 74,6 kg.

Obsérvese que las diferencias de productividad por hectárea no son significativas, excepto en el caso de la explotación de Charolés en pureza en la que la carga ganadera es más baja, consecuencia del peso elevado de las vacas y a que hemos asumido una mortalidad de terneros próxima al 15 por 100.

Un breve comentario sobre la raza Limusín. Como es sabido, esta raza ha tenido un éxito inusitado en los últimos tiempos tanto explotada en línea pura como partícipe en variados cruzamientos con nuestras razas autóctonas. De hecho, actualmente es la raza de mayor peso censal en nuestro país (281.000 vacas frente a la competencia de 52.000 Charolesas en el año 2020).

No dudo de la corrección de sus programas de selección, pero advierto, sin embargo, que en el escenario ganadero están aflorando críticas diversas referidas al progresivo aumento del porcentaje de distocias tanto en cruzamientos como en explotación en pureza.

En las mencionadas distocias están involucrados el toro, la vaca, la alimentación durante la gestación, el manejo, condiciones ambientales, etc., pero los mejoradores saben que el toro es una componente fundamental, y que, en las explotaciones extensivas, sobre todo en las de tamaño elevado, la muerte de un ternero al nacimiento supone una pérdida económica mínima entre 450 y 500 €.

Por otra parte, como profundizaré en la tercera parte del presente artículo, en el ecosistema de la España húmeda (Galicia, cornisa Cantábrica y  Pirineos)  con producciones anuales de pasto desde 3.000-6.000  kg de materia seca por hectárea (1.800-3.600 UFL), en zonas de monte, a 10.000-12.000 (6.000-7.000 UFL) en áreas llanas costeras se desenvuelven razas autóctonas de mediano-elevado formato (peso de las vacas entre 650 y 750 kg)  que producen una media diaria entre 7  y  9   kg de leche durante periodos de amamantamiento  que fluctúan entre 6 y 10 meses alcanzando los terneros pesos elevados al destete (250-350 kg)  (Rubia Gallega, Asturiana de los Valles, Pirenaica, Parda de Montaña).

Tales razas se explotan generalmente en línea pura generando animales, bajo Indicaciones Genéticas Protegidas, de extraordinaria calidad tales como la Terneras Gallega, Asturiana,  Navarra, Pirineos catalanes etc., siendo poco frecuente el cruzamiento con otras razas de marcada aptitud cárnica. Junto a ellas conviven otras de pequeño formato (Asturiana de la Montaña, Tudanca…) muy adaptadas al aprovechamiento de áreas difíciles de monte.

También en este ecosistema se explotan las razas Charolés, Limusín y Rubia de Aquitania en línea pura o en cruzamiento con otras razas locales de baja productividad en peligro de extinción.

 

 

 

 

Dr. Argimiro Daza
Catedrático de Producción Animal
Profesor Emérito de la Universidad Politécnica de Madrid

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