Algunos comentarios sobre la PAC 2023-2027

Como se lo explicaba a unos alumnos esta pasada semana, la Política Agraria Común (PAC) nació como tal en el año 1962 (aunque desde los años 50 ya se estaba trabajando en esta dirección). Vio la luz cuando se tomó el acuerdo, en el seno de la entonces Comunidad Económica Europea (CEE), de aportar anualmente fondos importantes para proporcionar a los agricultores y ganaderos europeos un nivel de vida razonable, equiparable, a ser posible, con el nivel de vida del resto de la sociedad civil.

Con los años, la PAC se ha revelado como un instrumento absolutamente trascendente como elemento de cohesión y se ha constituido, sin duda alguna, en uno de los principales instrumentos políticos, económicos y sociales de la Unión Europea.

Por esta razón me parece que puede resultar interesante para nuestros agricultores y ganaderos, pero también para los agricultores y ganaderos de LATAM y  de otras regiones del Mundo, proceder a llevar a cabo aquí algunos comentarios y observaciones  sobre la PAC (2023 – 2027).  En este contexto debe tenerse muy en cuenta que en este más de medio siglo de PAC´s éstas han ido evolucionando en una clara dirección hacia la ecología y el medioambiente.

Por esta razón, si se analiza con un cierto detenimiento ésta, hasta la presente última Política Agraria Común (PAC), a aplicar en la Unión Europea (U.E. – 27), a lo largo del periodo 2023 – 2027, resulta evidente que la misma tiene una orientación significativamente más ecológica que las anteriores PAC ´s.

Para entender bien de lo que aquí se está comentando debe tenerse muy en cuenta que la PAC se sustenta en dos grandes “pilares o bases”. El pilar principal (también llamado “pilar uno”), que comprende el 75 por 100 de los recursos económicos globales de que está dotada la PAC, está financiado al 100 por 100 por la propia Unión Europea, U.E. -27 (aportados estos recursos a partir de sus presupuestos) y se destina este dinero a beneficiar, mediante los pagos directos, a los agricultores y a los ganaderos.

Paralelamente, existe un segundo pilar (“pilar dos”) que está dotado con el restante 25 por 100 de los recursos económicos mencionados. Estos recursos proceden en un 50 por 100 de la U.E. – 27 y el otro 50 por 100 proceden de los Estados Miembros (EE.MM).  Este dinero se destina, fundamentalmente, al desarrollo rural, a las ayudas agroambientales, a la modernización de las explotaciones, etc.

Los principales objetivos declarados en la PAC actual son: tomar medidas contra el cambio climático; proteger el medio ambiente;  proteger los paisajes y la diversidad biológica; facilitar y apoyar el relevo generacional en la actividad agrícola; dinamizar a las áreas rurales; garantizar una renta justa a los agricultores y ganaderos; aumentar la competitividad del sector; buscar un equilibrio entre los distintos eslabones de la cadena alimentaria y garantizar la calidad alimentaria y sanitaria.

Ello da lugar a que la concesión de los fondos (tema absolutamente clave) está ahora mucho más vinculada a la consecución de una serie de objetivos medioambientales. Ello significa, a efectos prácticos, que  la protección del medio ambiente, en el ámbito agrario (agrícola y ganadero) prima más que la simple producción.

La PAC actual cuenta con una dotación económica de 307.000 millones de euros y, por ejemplo, España, como Estado Miembro, recibirá, durante el periodo de vigencia de esta PAC una cifra superior a los 47.000 millones de euros.  De este dinero se destinarán unos 25.000 millones a ayudas directas (apoyos a las rentas, cumplimiento de objetivos medioambientales, eco – esquemas, ayudas asociadas, etc.); otros 12.000 millones irán a ayudas sectoriales y del orden de unos 9.000 millones tendrán como objetivo al desarrollo rural.

En definitiva y aunque es muy difícil, en el marco de la Política Agraria Común, satisfacer a todos, hay que reconocer, nos guste o no y a pesar de las reticencias que genera la misma en una parte importante de la sociedad civil de la U.E. – 27, muy alejada, como tantas veces he comentado, del “mundo rural”, que la Unión Europea, como tal,  no podría sobrevivir sin una PAC potente.

Y esta incontrovertible realidad debe ser asumida aunque no sea fácil por todos, tanto dentro como fuera de la Unión Europea.

Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito

 

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