Poner límites al desarrollo tecnológico: una entelequia

La palabra “entelequia” pretende ser utilizada en esta nota en el sentido de referirse a un hecho o a una acción que no tiene razón de existir o que carece de sentido en la realidad existente.

En este contexto, recuerdo con nitidez (a los viejos se nos vuelve muy presente hechos que requieren de “memoria histórica”) que, muy al principio de la década de los años 80, recién aterrizado como catedrático en la entonces Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos (ETSIA) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), en una de las muchas conversaciones que sostuve con mi “maestro particular”, el Dr. Luís Márquez (q.e.p.d.), salió a relucir el tema de los trabajos universitarios que hacían comparación entre el caballo de trabajo y el tractor.

Se trataba de unos importantes trabajos realizados, al principio de los años 40 del siglo pasado, en los Países Bajos. En ellos se realizaban unas complejas comparaciones entre el caballo de trabajo y los tractores de aquella época (el tractor nació a finales del siglo XIX aunque tardó bastantes años en generalizarse su aplicación regular a la agricultura).

Las conclusiones de los mencionados trabajos fueron, en general, favorables al caballo de trabajo al que se le consideró, globalmente y por aquel entonces, superior al tractor. Fue, obviamente, una entelequia; el posterior desarrollo tecnológico del tractor terminó, ya en los años 50 -60 – 70 del siglo pasado, en cuasi eliminar de la agricultura  al caballo de trabajo.

Desde mi perspectiva, sucede hoy un  fenómeno parecido con los mal llamados “alimentos sintéticos” (en realidad, tanto los Plant Based como los que están basados en las proteínas de origen animal, no son alimentos sintéticos, sino “alimentos distintos” fruto de un desarrollo tecnológico complejo cuyos límites reales, hoy, tengo claro que desconocemos).

Es verdad que estamos muy al principio de su desarrollo industrial, especialmente en lo que atañe a la carne cultivada, al huevo sintético y/o a la leche  sintética (es decir en lo que implica a los alimentos en base a la proteína animal; por su parte, los alimentos Plant Based están claramente más avanzados en su desarrollo).

También es cierto, como es lógico, que, en estos momentos, queda todavía un relativamente largo camino técnico por recorrer para poder garantizar realmente al consumidor, por una parte, una oferta amplia y sostenida a un precio competitivo con los alimentos procedentes de la actividad pecuaria tradicional; y por otra,  asegurar, sin dudas, su seguridad en todos los sentidos y sus bondades nutricionales.

Pero no me cabe ninguna duda que poner límites, barreras o puertas al desarrollo tecnológico es una entelequia.

Probablemente no lo veré, pero creo firmemente que en menos de 10 años estos “alimentos tecnológicamente avanzados” (tanto en base vegetal como en base animal) serán una realidad global tangible y coparán en muchas partes del Mundo una parte más o menos significativa del mercado.

En este sentido no me parece demasiado afortunado, al menos con una visión a corto – medio plazo, el proyecto legislativo italiano destinado a  prohibir la producción y la comercialización de los mencionados alimentos sintéticos en Italia, por mucho que el Ministro de Sanidad italiano asegure que esta medida tiene como objetivo «salvaguardar» el patrimonio y la cultura agroalimentaria de Italia, «basada en la dieta mediterránea».

En este contexto, y trayendo a colación la historia del caballo de trabajo y el tractor, realmente me encantaría, allá por los años 2030 – 2033, poder curiosear en  la carta de alguno de los muchos restaurantes que están cerca de la Piazza de Spagna en la ciudad de Roma.

Si algunos de ustedes tienen la oportunidad de hacerlo, por favor, recuerden, aunque solo sea por un par de segundos, esta nota.

¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!

Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito

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