Situación actual de la producción de insectos

Tenebrio comiendo residuos de pescado.

A pesar de que aún hay bastante desconocimiento al respecto, varias publicaciones a nivel científico están de acuerdo en que las perspectivas para la producción de insectos son, en general, prometedoras.

En 2019, tras informar de una producción anual total de 6.000 toneladas de proteína de insecto por las distintas compañías europeas, la IPIFF (por sus siglas en inglés, International Platform of Insects for Food and Feed) hizo una primera predicción esperando una producción de entre 500.000 y 2.000.000 de toneladas para el año 2025, y de entre 1.500.000 y 5.000.000 de toneladas para el año 2030.

Estos objetivos, sin embargo, están hoy lejos de ser cumplidos o incluso creíbles, pues en el año 2021 se declaró un total de 10.000 toneladas de proteína de insecto, ya que debemos recordar que la crisis de la COVID-19 azotó la economía global y frenó muchos mercados de una manera muy inesperada. A pesar de ello, las perspectivas a medio y largo plazo siguen siendo optimistas.

Toda crisis presenta también oportunidades, y en los no tan lejanos y desagradables años de la pandemia y del confinamiento, se produjo, entre otros, una subida de empresas relacionadas con el mundo de las mascotas.

La legislación actual es menos restrictiva en lo que atañe a los ingredientes en los piensos de mascotas que en los de piensos de animales que entran en la cadena alimentaria humana, por lo que aquel sector ha sido uno de los objetivos más interesantes de los últimos años para la producción de insectos.

Debido a que la producción de piensos para mascotas se lleva a cabo, en general, a una escala menor que la de piensos para la ganadería de renta, se prevé que éste seguirá siendo uno de los primeros objetivos de las empresas de producción de insectos durante la maduración del sector, ya que mientras se terminan de pagar los costes de inversión inicial, las harinas de insecto tendrán precios relativamente altos comparados con otras fuentes de proteína como la harina de soja o la de pescado.

Complementando lo anteriormente mencionado, un informe del Rabobank del año 2021 mencionó que para que el sector de la producción de insectos pase de una fase de maduración a una de consolidación, necesitará de otros factores.

Así, a medida que se amorticen las inversiones iniciales de las distintas empresas productoras de insectos, el precio de sus productos (harinas de insecto, harinas desengrasadas, aceite de insecto) irá bajando, lo que permitirá que estos ingredientes penetren de forma real en ganadería.

Aunque sea con restricciones, las harinas de insecto ya están permitidas en la formulación de piensos para aves, cerdos y peces en la Unión Europea (UE. – 27). Poco a poco, a medida que la producción de harinas de insecto crezca y permita satisfacer la demanda de grandes casas de piensos para ganadería, se espera que la consolidación de este sector tenga lugar impulsado, fundamental, pero no exclusivamente, por la acuicultura.

No estaría de más acabar con un último comentario. Como en cualquier nueva y prometedora actividad económica, el emprendimiento en proyectos relacionados con insectos se encuentra en una situación de alto riesgo, y como prueba de esto se puede ver la gran cantidad de proyectos que se han quedado a mitad de camino a nivel global (https://www.bugburger.se/foretag/the-eating-insects-startups-here-is-the-list-of-entopreneurs-around-the-world).

Esto no significa que invertir en insectos sea una “ruina”, pero sí que hay que saber entender que a veces por desconocimiento, o a veces por simple y llana mala suerte, poner ganas, esfuerzo y dinero en un proyecto de alto potencial no ofrece ninguna clase de garantía.

No obstante, habría que repetir la palabra clave aquí, que es “potencial”, ya que al tiempo que se han producido estos fracasos, también se ha dado el surgimiento de varias pequeñas y grandes empresas exitosas a nivel europeo.

 

 

 

 

Federico Melenchón Ramírez.
Licenciado en Veterinaria.
Técnico Centro de Investigación en Acuicultura  melramfe@itacyl.es

 

 

 

Ana Mª Larrán.
Licenciada  en Veterinaria.
Jefe de Unidad Centro de investigación en Acuicultura largaran@itacyl.es

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