Las macroalgas como futura materia prima habitual para la alimentación de rumiantes monogástricos

La Agenda 2030, como marco de referencia y modelo de desarrollo sostenible y dentro de esta el Pacto Verde Europeo, articula un modelo de economía verde y circular para dotar a la UNIO Europea (U.E. – 27) de una economía sostenible y climáticamente neutra en el año 2050.

Vinculadas al Pacto Verde se han articulado diversas estrategias como «De la granja a la mesa», que tiene como objetivo fomentar un sistema alimentario justo, saludable y respetuoso con el medio ambiente.

Para ello, establece diferentes objetivos que comprometen a toda la cadena de valor alimentaria. Dentro de este marco se incluye el uso de fuentes de proteína alternativas a las fuentes clásicas.

Las algas marinas se han utilizado para alimentar al ganado durante miles de años y se han mencionado desde la Antigua Grecia. En zonas del norte de Europa las algas marinas son pastoreadas por ovejas en las playas, o para alimentar a caballos y vacas.

Las macroalgas son muy ricas en nutrientes.

Referido siempre a su materia seca, el contenido de proteína cruda en las algas pardas es moderado (9-14 por 100), mayor en las algas verdes (15-22 por 100) y mayor aún en las algas rojas (18-35 por 100); las cenizas varían del 13 al 48 por 100; el contenido total de fibra en las algas va entre el 32 y el 50 por 100; el contenido de lípidos de las algas es muy bajo: del 1 al 3 por 100; por su parte, el contenido de almidón es muy bajo.

Las macroalgas o algas multicelulares se clasifican en tres grupos de acuerdo con su pigmentación Phaeophyceae (pardas) Rhodophyceae (rojas) y Clrorophylceae (verdes).

El grupo de las algas verdes se considera que abarca entre 6.000 y 8.000 especies. Las algas verdes son típicamente de color verde debido a la presencia de clorofila en sus cloroplastos Los principales géneros incluyen Ulva, Codium, Enteromorpha, Chaetomorpha y Cladophora.

Las algas marrones viven principalmente en aguas poco profundas o en rocas costeras y tienen tallos muy flexibles que les permiten soportar el golpeteo constante de las olas. Debido a su mayor tamaño y facilidad de cosecha, las algas pardas marinas han sido más estudiadas y están más explotadas que otros tipos de algas para su uso en la alimentación animal.

Los más comunes los géneros incluyen Ascophyllum, Laminaria, Saccharina, Macrocystis, Nereocystis y Sargassum. La coloración se debe a un pigmento accesorio llamado fucoxantina, en función de su cantidad pueden ser más oscuras o más clara.

Las algas rojas tienen un color rosa brillante característico causado por pigmentos accesorios conocidos ficobilinas (R-ficoeritrina y R-ficocianina).

La mayoría de las especies de algas rojas marinas se encuentran desde marcas de marea baja hasta 100 m de profundidad. Los principales géneros de algas rojas incluyen Pyropia, Porphyra, Chondrus y Palmaria. Los individuos pueden crecer hasta 30-40 cm.

Como primeras conclusiones a todo lo expuesto has aquí:

1º La gran variación en la composición química entre y dentro de las especies de algas dificulta su inclusión en la dieta de los animales.

Esta variación se atribuye a múltiples factores ambientales, como la época de cosecha, la profundidad, la disponibilidad de luz y nutrientes en el agua. La variación también depende de la etapa del ciclo reproductivo.

2º La utilización de una materia prima de proximidad con menor huella ambiental que otras muchas fuentes de proteína, es un criterio necesario e imprescindible en la producción animal actual lo que incluye formular dietas con criterios de sostenibilidad.

3º Se debe seguir investigando la digestibilidad de las algas y la posibilidad mediante procesos industriales de aportarle más digestibilidad y valor nutritivo, así como el contenido en bromoformo como potencial anti metanogénico.

 

 

 

 

Braulio de la Calle Campos
Veterinario
DT Rumiantes – COREN

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