La Unión Europea, las emisiones industriales y la ganadería
El pasado 18 de marzo, los países de la Unión Europea (U.E. – 27) pactaron su posición para negociar la revisión de la Directiva sobre Emisiones Industriales, que incrementará las exigencias medioambientales en granjas porcinas y avícolas y, por primera vez, también en las granjas de ganado vacuno.
No obstante, deja fuera del ámbito de aplicación a la ganadería extensiva.
La postura pactada por los Veintisiete, que tendrán que negociar el texto final con el Parlamento Europeo durante la presidencia española del Consejo de la Unión Europea en el segundo semestre del año, endurece también los requisitos para las granjas porcinas y avícolas respecto a la normativa vigente.
Se trata de un ajuste legislativo para alcanzar los compromisos climáticos de la U.E.-27, que partía de una propuesta de la Comisión Europea que pretendía abarcar a todas las explotaciones con más de 150 animales, incluidas las de vacuno, con el fin de reducir las emisiones de metano o amoniaco, entre otras.
Pero los Estados Miembros han pactado que se eleve este número a 350 cabezas para vacuno y porcino, a 280 cabezas en granjas avícolas y 350 en explotaciones mixtas, y que no incluya las explotaciones extensivas. España rechazaba incluir las explotaciones extensivas de vacuno, y había hecho de esta postura su principal reivindicación.
El comisario europeo, el señor Virginijus Sinkevicius, advirtió en rueda de prensa al término de la reunión que las enmiendas introducidas por los países rebajan considerablemente la ambición de la propuesta de la Comisión y subrayó que la directiva solo afectará a menos del 3 por 100 de las explotaciones de vacuno.
El acuerdo salió adelante con una declaración anexa de Finlandia, Irlanda, Dinamarca y Países Bajos en la que lamentan que la posición común de los Estados Miembros (EE.MM.) se haya desviado considerablemente» de la propuesta original de la Comisión y por lo tanto haya reducido «la ambición ambiental de la propuesta en lo relativo a la ganadería.
Actualmente, la directiva abarca a unas 50.000 instalaciones en la U.E. – 27 (unas 30.000 infraestructuras de industrias y 20.000 granjas de cerdos y aves) que generan emisiones contaminantes de metano, amoníaco, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, partículas, mercurio y otros metales pesados.
La normativa revisada parte de un concepto más ambicioso y transversal, incluyendo nuevos sectores como la minería para minerales no metálicos como la oxita o la perlita (pero no el yeso), y reforzando las exigencias para la ganadería.
Exigirá una mayor eficiencia en el uso de recursos como el agua o las materias primas y obligará a las instalaciones a dotarse de sistemas de gestión ambiental y un plan de mejoras a diez años vista y prevé crear un Centro de Innovación para la Transformación Industrial y las Emisiones (Incite), entre otros puntos.
La comisión de Medio Ambiente de la Eurocámara vota su posición el próximo 27 de abril, que deberá ser sometida después a la aprobación del pleno del Parlamento Europeo para poder entrar en la negociación definitiva con las capitales
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