La obligatoriedad de contar con un Plan de Bienestar Animal en las granjas
El mencionado anteriormente nuevo real decreto de bienestar animal extiende la obligación de disponer de un plan de bienestar animal a las explotaciones porcinas intensivas a partir de determinado tamaño y para las granjas de aves de corral.
De esta forma, la obligatoriedad de contar con este plan según el tamaño de las explotaciones queda definido de la siguiente manera: en el caso del bovino, el ovino, el caprino y el equino, para las que alberguen una cantidad de animales superior al equivalente de 5 UGM.
Será obligatorio también en las granjas de corzos, ciervos y gamos con más de 50 animales.
En el porcino en extensivo, tendrán que tenerlo las explotaciones con una cantidad de animales superior al equivalente de 5,1 UGM.
Y en lo que respecta al intensivo, la nueva disposición remite al tamaño que define el real decretos 306/2020, de 11 de febrero, que entiende como intensivas las granjas que superan una carga ganadera de 15 cerdos de cebo por hectárea.
También deberán contar el mencionado plan todas las granjas de especies peleteras (visón, zorro rojo, nutrias, chinchillas), siempre que se mantengan con fines productivos, comerciales o lucrativos.
Y lo mismo aplica para el caso de la piscicultura, pero sólo de animales vertebrados.
El real decreto establece también la obligación, por parte de las comunidades autónomas y ciudades de Ceuta y Melilla, de designar un máximo de dos puntos de contacto a efectos de intercambio de información sobre los controles oficiales en bienestar animal.
Además, se establece que el Centro Nacional de Referencia de bienestar animal, debe proporcionar al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y a otros organismos oficiales apoyo científico y facilitará la interlocución con los centros de referencia de bienestar animal de la Unión Europea (UE).
Por su parte Unión de Uniones alerta que es en el sector porcino donde las exigencias del Real Decreto tendrán un mayor impacto ya que se incrementan las superficies de suelo libre mínimas disponibles que deben tener los cerdos, incrementos de hasta un 33% en algunos casos.
Esta nueva exigencia va a obligar a reducir el nivel de producción y por tanto de ingresos de los ganaderos, o a endeudarse en nuevas inversiones para mantener su nivel productivo, con lo que estas medidas, sin ayudas para la adaptación, por otro lado, extremadamente corta (únicamente dos años), viene a perjudicar a los porcicultores de granjas de tamaño medio y pequeño, con menos recursos.
Unión de Uniones también considera que para el sector vacuno, también se establecen disposiciones que generan una mayor necesidad de espacios para los terneros y una adaptación de las instalaciones actuales a la normativa, que, tampoco para este sector, viene acompañada de apoyo alguno.
Unión de Uniones reclama unos plazos de adaptación mayores a los establecidos y apoyo económico ya que, si no, según argumenta, se va a provocar numerosos cierres, precisamente de aquellas granjas a las que desde el Ministerio aparentemente dice querer proteger, que son la de corte profesional que vertebran y generan empleo en el medio rural y están alejadas de macro instalaciones de empresas con grandes recursos financieros.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!