La Unión Europea y los futuros límites al transporte de animales vivos a Países Terceros

Las instituciones europeas deben cerrar, en un futuro a corto plazo, una nueva legislación sobre el transporte de animales vivos entre presiones de dos grupos de Estados enfrentados.

Así, están los Estados que quieren prohibir esta actividad por la falta de controles a la hora de exportar animales a terceros países, donde se acaba la vigilancia sobre el bienestar del ganado, y los que están dispuestos a endurecer las normas, como España, pero no están de acuerdo con que se suprima el transporte de los animales vivos.

El sacrificio en el año 2021 de 2.600 terneros en el puerto de Cartagena  abrió el debate en la Unión Europea (U.E. – 27) sobre las condiciones en las que viajaban los animales en buques con dirección a países extracomunitarios. Los vacunos iban cargados en dos barcos que intentaron vender los animales a distintos países del entorno del mar Mediterráneo, como Turquía o Libia, pero los impedimentos en el comercio a territorios de fuera de la Unión Europea y la amenaza, por entonces, de una enfermedad que afecta a los rumiantes echaron por tierra estas posibilidades.

Cartagena se convirtió en el foco de atención de las instituciones europeas y de los estados comunitarios, así como de grupos en defensa de los derechos de los animales.

Los informes de los técnicos del Ministerio de Agricultura que revisaron los buques rechazados hace dos años y que atracaron de nuevo en Cartagena constataron un «mal estado general» de todos los animales, con pérdida alarmante de masa muscular en algunos de ellos por la «deficiente y escasa alimentación». No tuvieron acceso a agua durante bastante tiempo, por lo que presentaban deshidratación. En los corrales no se respetaron el número máximo de animales y había un mal estado de limpieza, con heces y orina que cubrían a los animales.

Estos argumentos servirán a organizaciones como Igualdad Animal para pedir la prohibición del transporte de animales vivos. Junto a otras cinco entidades animalistas han reclamado por carta al ministro Luis Planas que reconsidere la posición de España ante el «sufrimiento de los animales por las estancias prolongadas dentro de los buques».

Bruselas respondió con una votación en el Parlamento Europeo hace un año en el que marcaba el camino hacia el fin del transporte de animales vivos para optar por un cambio: «debe haber una transición hacia un sistema más eficiente y ético, que favorezca el transporte de semen y embriones del ganado reproductor, y de canales y carne en lugar de animales para ser sacrificados».

España quiere presionar para evitar la prohibición total pero delante tiene a países del centro y norte de Europa que reclaman su eliminación. La ganadería regional está detrás de este asunto. En 2019 por el puerto de Cartagena se llegaron a exportar en torno a 600.000 cabezas de ganado, sobre todo cordero y terneros, una cifra que fue a la baja los años posteriores con la pandemia pero que tiene en el horizonte recuperarse.

Y es que las instalaciones de la ciudad portuaria están entre las principales puerta de salida de ganado vivo fuera de la Península. Las dársenas de carga no solo sirven a los ganaderos de la Región de Murcia, sino también de Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Cataluña, Castilla y León o Extremadura.

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