Ovino lechero: huella de carbono, eficiencia y supervivencia (Life Green Sheep)
La huella de carbono, referida a una actividad concreta, es la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) producida directa o indirectamente en dicha actividad o en la obtención del producto procedente de la misma; suele expresarse en equivalentes de CO2. Simplificando, desde un punto de vista meramente práctico, la huella de carbono es un indicador de la eficiencia en el uso de los recursos.
Las grandes empresas se preocupan mucho de mostrar sus presuntas bondades al consumidor, retorciendo los datos y la realidad hasta el punto de hacer ver que contaminan muy poco (emiten poco CO2), sobre todo en comparación con el supuesto potencial de emisión de gases de efecto invernadero asociado a la ganadería (haciendo una comparación burda y simplista que poco o nada tiene que ver con la realidad).
Tradicionalmente, el sector primario no ha reaccionado frente a estos desmanes, sin terminar de arrojar luz sobre un argumento que se esgrime desde el desconocimiento (los datos muchas veces se utilizan de manera imprecisa o se basan en estimaciones que no coinciden con la realidad) y que, sin embargo, la obtención de datos reales permite obtener indicadores que sí pueden ser aprovechados para mejorar la eficiencia productiva de las granjas.
El proyecto Life Green Sheep (LIFE19 CCM/FR/001245) pretende conocer el impacto real asociado a la producción de leche de ovino, promover sistemas de cría con menos emisiones, así como prácticas que ayuden a mejorar la sostenibilidad de los rebaños.
Es preciso conocer, con detalle y sin dudas, cuál es la huella de carbono asociada a la producción de leche de ovino. A partir de este punto, a nivel de granja, se buscarán soluciones que permitan optimizar el manejo y la gestión para mejorar el rendimiento y que contribuyan a controlar los costes de producción.
Estas soluciones no son otra cosa que mejoras en la eficiencia a diferentes niveles (técnicos y económicos fundamentalmente) que tendrán su repercusión en el impacto ambiental (huella de carbono) y, sobre todo, en la vertiente social (buscando que la ganadería sobreviva al paso del tiempo, impulsando el relevo generacional).
Aspectos tan básicos como la gestión y sanidad del rebaño, la calidad y tipo de alimentación, el manejo de los cultivos, el consumo de energía o el uso del suelo, inciden de manera directa y determinante sobre la eficiencia del proceso de producción de leche en granja.
En este sentido, en el marco del proyecto Life Green Sheep, se han recogido datos del inventario de actividades (insumos y productos) de un grupo de granjas de ovino lechero de Castilla y León.
Tomando los datos de las primeras 15 granjas participantes (la mitad del total) se ha observado que el valor de medio de la huella de carbono asociada a la producción de leche de oveja es de 2,97 kg de equivalentes de CO2 por kg de leche estandarizada para grasa y proteína, con un amplio rango de variación, que va desde menos de 2 hasta más de 5 kg CO2.
La mayor parte de las emisiones están asociadas a la gestión del estiércol, la fermentación entérica y la alimentación.
Asimismo, se ha constatado que el aumento de la cantidad de alimento consumido para producir leche incrementa de manera significativa el valor de la huella, mientras que una mayor producción de extracto quesero por oveja contribuye a reducir la huella de carbono.
Este análisis preliminar refuerza la idea de que la eficiencia de conversión del alimento (cuánto alimento se consume de media en una granja para producir un litro de leche) y la productividad de los animales (cantidad y calidad de la leche producida) son factores determinantes del valor de la huella de carbono.
Por tanto, cualquier propuesta encaminada a reducir las emisiones tendrá un efecto sobre la eficiencia en el proceso productivo y, en última instancia, contribuirá en cierta medida, a la supervivencia (sobre todo en términos económicos) y sostenibilidad (ambiental) de la granja.
El proyecto Life Green Sheep, en el que participa un gran número de rebaños de varios países (España, Francia, Irlanda, Italia y Rumanía), desarrollará planes de acción específicos (prácticas concretas que se aplicarán a nivel de rebaño) para mejorar la sostenibilidad (económica, social y ambiental) de las granjas a través de la reducción de la huella de carbono.
Raúl Bodas Rodríguez, doctor en Veterinaria.
bodrodra@itacyl.es
ITACYL, Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Junta de Castilla y León
Sara Olmedo de la Cruz, licenciada en Veterinaria
olmcrusa@itacyl.es
ITACYL, Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Junta de Castilla y León
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