El aprovechamiento de subproductos vegetales: una opción sostenible para el ganado

Terneros consumiendo la dieta con subproductos vegetales

 

Siendo el sector agroalimentario uno de los principales motores de actividad económica de nuestro país, la creciente preocupación por poner en práctica la economía circular hace reflexionar sobre alternativas que doten al modelo productivo de un mayor aprovechamiento de los recursos naturales.

De manera más concreta, la actividad de la industria de transformados vegetales genera un gran volumen de restos orgánicos dentro de la industria agroalimentaria. A lo largo de los procesos de fabricación, son varias las operaciones en las que se desecha materia prima vegetal. Para la producción de conservas, congelados, alimentos de 4ª gama y platos preparados, se realizan operaciones de selección, pelado, corte, calibrado y envasado, que generan un importante volumen de restos de carácter orgánico.

Se trata de materias primas vegetales como tallos, hojas, pieles, productos descartados por tamaño, color, forma, etc., que pueden llegar a suponer, en algunos casos, más de la mitad en peso del material de partida. Los subproductos vegetales se caracterizan por su alto contenido en humedad, que a menudo supera el 80%, lo que complica su manipulación y acelera su degradabilidad. Además, las cantidades generadas son variables a lo largo del año debido a su carácter estacional. Sin embargo, son ricos en carbohidratos, proteínas y fibra y excelentes fuentes de vitaminas y minerales, antioxidantes y diversos compuestos bioactivos. Por lo tanto, mediante una correcta gestión, estos subproductos presentan un gran potencial para ser utilizados en diversas aplicaciones. Una de las alternativas más interesantes es su utilización en la alimentación animal.

Dadas sus características, pueden formar parte de la alimentación de la cabaña ganadera rumiante. Las maneras de introducir estas materias primas en las raciones pueden ser diversas. En primer lugar, pueden ser consumidas en fresco. Para ello, se debe tener en cuenta que son materiales con una vida útil limitada, es decir, el tiempo entre la generación del subproducto en la industria agroalimentaria y el consumo en la explotación debe ser breve para conseguir un correcto aprovechamiento.

Por otra parte, puede emplearse un método de conservación mediante el cual se consiga alargar la vida útil de dichas materias primas. A través del ensilado, fruto de la fermentación, se consigue un material estable que conserva los componentes manteniendo todas sus propiedades hasta la apertura del mismo para alimentar al ganado.

A nivel nacional, son varias las zonas en las que coexiste una importante presencia de sector agroalimentario y sector ganadero. En dicha casuística, se pone de manifiesto lo adecuado que puede ser establecer propuestas de gestión viables que integren el concepto de economía circular, en lo referente a la gestión de los subproductos agroalimentarios, con el fin de apostar por la valorización y optimización de los recursos.

Con este planteamiento se trabaja en el proyecto de investigación “BEEF+: Carne saludable a través de la economía circular”, que desarrollan la Universidad Pública de Navarra y la empresa Tratamiento Subproductos Agroalimentarios, S.L. (TRASA). Financiado por el Gobierno de Navarra y por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), BEEF+ estudia mediante técnicas in vitro, la caracterización de la fermentación ruminal de las materias primas vegetales y los efectos beneficiosos de la inclusión de las mismas en la alimentación animal. Posteriormente, se trabaja en la formulación de una ración de terneros en cebo que se traslada a un ensayo productivo en granja, de manera paralela a un sistema de alimentación convencional basado en concentrado y paja. Durante el cebo, se evalúa el bienestar animal y la optimización del proceso a través de la cuantificación de índices productivos y de indicadores de sostenibilidad. Finalmente, se analiza la calidad de carne obtenida.

Con esta línea de trabajo, el proyecto BEEF+ pretende plantear una alternativa en los sistemas de producción intensiva de vacuno de carne, comúnmente basados en dietas con un alto contenido en concentrados. Introduciendo de una manera sostenible los subproductos vegetales generados en el sector agroalimentario, se puede reducir la cantidad y la dependencia de otros ingredientes en la dieta, siendo también una eficaz herramienta de circularidad.

Además, la alimentación representa el mayor coste de la producción ganadera y, teniendo en cuenta la situación global actual, asociada al aumento de precios y a los problemas en el funcionamiento de los mercados de abastecimiento externo, reducir la dependencia de los ingredientes importados resulta una herramienta de máximo interés para mejorar la rentabilidad económica.

Aunque el proyecto BEEF+ está todavía en desarrollo, los primeros resultados obtenidos muestran que se consigue disminuir la cantidad de pienso concentrado, así como el volumen de agua consumido por los animales. Además, las características de crecimiento y de calidad de la canal no difieren entre los terneros alimentados de forma convencional y con dietas en base a subproductos vegetales. Lo que apunta a que esta alternativa puede resultar de interés por su rentabilidad y por su adecuación a sistemas de producción más sostenibles.

 

 

 

 

 

Irantzu Goenaga Uceda
Ingeniera Agrónoma
Responsable de I+D+i, TRASA, Milagro (Navarra)

 

 

 

 

 

Kizkitza Insausti Barrenetxea
Dra. Ingeniera Agrónoma
Profesora Titular de Producción Animal. Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y Biociencias, Universidad Pública de Navarra

 

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