Factores bioactivos de las legumbres locales y ganado porcino

Las leguminosas autóctonas (leguminosas grano, proteaginosas, legumbres locales) se caracterizan por presentar niveles elevados y muy variables de proteína, niveles bajos de grasa y, exceptuando el altramuz, cantidades de almidón que se aproximan al de los cereales.

Destacan los porcentajes de proteína, por encima del 26 por 100 en el caso del alberjón, y la cantidad de aminoácidos limitantes en consonancia con las indicaciones para nutrición de ganado porcino de la Fundación Española para el Desarrollo de la Nutrición Animal (FEDNA, 2013).

Poseen, además, un amplio catálogo de factores bioactivos (FBA) mal llamados factores antinutritivos; no tienen una actividad nutricional clásica (estructural, energética, moduladora de reacciones bioquímicas, etc.) suponen una defensa de la planta contra agentes bióticos además de material de reserva durante la germinación. Desde el punto de vista bioquímico se pueden clasificar como proteínas, aminoácidos no proteicos, glúcidos, polifenoles, alcaloides, etc., lo que hace muy complicada y laboriosa su determinación y cuantificación.

Su presencia y efecto difiere en cada legumbre y variedad, influyendo las condiciones ambientales y técnicas de cultivo. En general pueden dificultar la asimilación de nutrientes (proteína, almidón, minerales), provocando efectos indeseables (mal sabor), incluso intoxicaciones, comprometiendo, lógicamente, el rendimiento zootécnico y la salud.

La resistencia de los FBA es muy dispar y se han utilizado muchos métodos para controlar su actividad. Desde procedimientos físicos (descascarillado, remojado con agua, molido, extrusión, presión, cocción, radiaciones), químicos (tratamientos con ácidos, álcalis, disolventes), bioquímicos (enzimas, vitaminas, fermentaciones, aminoácidos), biológicos (germinación y selección genética) y en todos ellos la idea básica es neutralizar o disminuir los efectos indeseables.

El inconveniente de estos tratamientos es doble, por un lado el encarecimiento de los piensos y por otro la posible degradación de la proteína, principalmente del aminoácido lisina sensible a las altas temperaturas.

El desconocimiento de los FBA siempre ha sido un problema para que las leguminosas se puedan incorporar como un ingrediente más a los piensos en cantidades adecuadas.

Sin embargo, según se avanza en su conocimiento, se ponen de manifiesto una serie de características favorables para la salud humana y animal cuando se ingieren en cantidades adecuadas, ejerciendo efectos beneficiosos en el metabolismo hidrocarbonado y lipídico, sobre el sistema cardiovascular y contra procesos tumorales.

En el caso de los cerdos, dónde si sabemos la cantidad y el efecto del FBA, según la leguminosa de que se trate, se puede controlar la ingesta (favoreciendo o disminuyendo la misma), la absorción de nutrientes y sustituir la soja por legumbres locales, fomentando el bienestar y el rendimiento zootécnico.

Los FBA que podemos encontrar en mayor cantidad, según géneros, son los inhibidores de proteínas (Pisum sp.) que en porcentajes elevados pueden afectar la absorción de proteína, el gamma-glutamil (Vicia sp.) de influencia en la palatabilidad y aminoácidos no proteicos (Lathyrus sp.) que a dosis altas afectan al sistema nervioso y óseo.

En distintos ensayos llevados a cabo con ganado porcino, en el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACYL), se ha puesto de manifiesto que los animales que consumen dietas con legumbres locales, solas o mezcladas (sin soja), presentan resultados productivos similares, incluso mejores, que los alimentados con piensos basados en soja como base proteica.

El presente y futuro del sector Agroganadero pasa por caracterizar, conservar y mejorar variedades de legumbres locales adaptadas a condiciones de secano y por tanto con menores necesidades hídricas y de productos fitoquímicos.

Alimentar a los animales que nos proporcionan carne es un reto al que nos enfrentamos y las legumbres locales son una buena opción para la nutrición del ganado porcino