La ley de cadena del transporte por carretera

Estamos ante un tema de elevada enjundia porque es incuestionable que, en mayor o menor medida y en todo el mundo, el sector agropecuario (agrícola y ganadero) es altamente dependiente del trasporte por carretera, tanto a nivel de los insumos como de los productos generados en las granjas y en las fincas.

En este marco es evidente que en España, pero también en la Unión Europea y en otras muchas partes del Mundo, incluida LATAM, el transporte, concretamente el denominado transporte por carretera, está viviendo una época muy compleja, de gran incertidumbre, en razón del desorbitado incremento de sus costes, empezando por el de los carburantes.

En España, con el fin de mitigar, en la medida de lo posible esta situación, nuestro Gobierno implementó, el pasado mes de marzo, un Plan de Choque para los sectores más afectados, que también incluyó a la ciudadanía. La vigencia inicial del mencionado plan era hasta el pasado mes de junio.

No obstante, la complejidad de la situación internacional obligó a ampliarlo, en el mes de julio pasado, al segundo semestre del presente año 2022 y todo hace pensar, dada la evolución que está teniendo la mencionada situación internacional, que el mencionado Plan de Choque deberá ampliarse y, tal vez, incluso intensificarse, en los próximos meses.

En el marco del trasporte por carretera, que es el que aquí nos ocupa, además de las medidas coyunturales que le están afectando positivamente con la aplicación del mencionado plan, se aprobó, en el pasado mes de agosto, la que ha sido denominada LEY DE CADENA DEL TRANSPORTE (un poco a imagen y semejanza de la Ley de la Cadena Alimentaria), que es pionera, porque es la primera que se aprueba en este ámbito en el seno de la Unión Europea (U.E. – 27).

El objetivo fundamental de esta nueva ley es generar un equilibrio real en las relaciones entre los transportistas efectivos y sus clientes (empezando por los agricultores y los ganaderos).

Como es bien conocido no es infrecuente que en este ámbito del transporte por carretera no haya la deseable y necesaria paridad entre las partes y, como consecuencia de ello, un número significativo de los transportistas efectivos no pueden cubrir realmente la totalidad de sus costes de actividad.

Con esta nueva ley se pretende que se establezcan, en cada caso, unos precios para la realización de un servicio de transporte por carretera que permita al tantas veces mencionado transportista efectivo (que es, en este caso,  el último eslabón de la cadena) cubrir realmente los costes totales que genera el mencionado servicio. Esto sí, debe quedar meridianamente claro aquí, como lo exponía el viernes pasado en una reunión, que no se trata en absoluto de establecer unas tarifas obligatorias en el transporte por carretera, entre otras razones, porque, si así se hiciera, se vulneraria la ley de la libre competencia)

Lo que sí debe permitir esta nueva ley, si su cumplimiento se lleva a cabo de forma efectiva; es decir, adecuadamente (y no acontece lo que está sucediendo actualmente con la Ley de la Cadena Alimentaria, que en muchos casos no se cumple), que los transportistas efectivos podrán disponer de un marco de estabilidad del que hoy carecen.

No obstante, hay un importante problema colateral en el sector del transporte por carretera que se debe solucionar con urgencia; en mi opinión, con una ley complementaria a la expuesta, que lleve a regular correctamente el “mundo” de la subcontratación.

La realidad es, y no puede ignorarse, que hay una gran cantidad de operadores, en realidad meros intermediarios en el seno de la referida subcontratación, que no aportan realmente ningún valor añadido pero si un importante desajuste a la cadena. Ello genera consecuentemente, sí o sí, un gran deterioro, funcional y económico  a la cadena del transporte por carretera, pero muy especialmente al primer eslabón de la misma (hay que significar aquí que el Gobierno de España se ha comprometido a afrontar legislativamente, en un futuro próximo, esta cuestión).

No hace falta concluir remarcando lo importante que es para nuestro sector, en todos los sentidos (empezando por el del coste), la adecuada estructuración funcional del transporte por carretera.

Empezar, afortunadamente, ya se ha empezado; vamos a ver cómo se desarrolla y, sobre todo, cómo continúa.

Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.

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