Plaga de conejos en el campo aragonés; pérdidas importantes
Según “Aragón noticias”, un total de 118 municipios aragoneses sufren sobrepoblación de conejos, según ha reconocido el Gobierno autonómico.
Una plaga que se come los sembrados e incluso la corteza de los perales, lo que provoca la desaparición de estos frutales en un plazo de dos años. Se calcula que el 10 por 100 de la superficie frutal está dañada por los conejos en la comarca del Bajo Cinca y, las pérdidas totales por la acción de estos animales rondan el 20 por 100.
En las zonas más secas, como la ubicada en los campos de La Almolda, al sur de los Monegros, las madrigueras se cuentan por decenas y dan fe de la plaga de conejos que se sufre en la mencionada área, y en buena parte de la Comunidad.
Además, a los daños provocados por estos animales se suman los que provocan otros como corzos y jabalíes en viñedos y maizales. Por eso, las organizaciones agrarias se movilizarán esta semana para exigir ayudas para frenar las «plagas» que arruinan sus producciones.
Don Óscar Moret, responsable del sector de la fruta en UAGA, ha efectuado unas declaraciones en las que ha expuesto que: «nosotros entendemos que tiene que haber una cohabitación entre agricultor y especies, pero llega un momento en el que estas especies pasan a ser invasoras. Creemos que la Administración tiene que tomar alguna determinación, hay soluciones al problema”.
Otros dos municipios que sufren año tras año los daños de los conejos, y que van a más, son Zaidín y Fraga. Daños que repercuten en los árboles frutales.
El señor Manuel Raúsa, fruticultor del bajo Cinca ha señalado que; «cuando tienes un 10, un 15 o hasta un 20 por 100 de fallos, optas por arrancar. «Los perales son árboles que necesitan entre seis y siete años para entrar en plena producción. Si hablamos de melocotón, puedes sacar una producción un poquito aceptable al tercer año. Todo esto, económicamente va a nuestros bolsillos, a nuestras espaldas, porque ni Agroseguro lo cubre ni tenemos algún tipo de ayuda».
Para evitar algunos de los daños, como los provocados en las cortezas de los árboles, algunos agricultores optan por colocar una doble protección. Esta medida puede suponer un gasto adicional de hasta 2.000 euros por hectárea, sin contar con la mano de obra. Se trata, además, de un mallado que solo es paliativo, ya que los conejos pueden llegar a trepar por ellos para alcanzar los brotes tiernos.
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