La ganadería española bajo «fuego amigo»

Espero que lo que voy a exponer en los párrafos siguientes sirva para abrir los ojos a la sociedad de otras regiones del Mundo.

Verán ustedes, desde la sensatez, lo lógica y la profesionalidad, la verdad es que se hace realmente difícil poder llegar a entender lo que está pasando en España con la percepción general, social y política de los actuales gobernantes, con la ganadería española.

La misma ha pasado, en unos pocos meses, de ser una “heroína nacional”, en razón de su comportamiento intachable durante los primeros 18 meses de la pandemia (trabajando duro nuestros ganaderos, al igual que nuestros agricultores, día  tras día, a pesar de todas las limitaciones y de los conocidos riesgos, evitando un potencial desabastecimiento en el país) a estar “bajo fuego amigo”.

Con el fin de poner algunos ejemplos de este “fuego amigo”, puedo empezar mencionando el hecho que, desde el propio Gobierno de la Nación, nos recomiendan comer menos, “porque compramos demasiado alimentos” (bien es verdad que este mismo Gobierno nos recomienda también, para hacer frente a la crisis energética, en plena ola de calor, que apaguemos la luz y desconectemos el aire acondicionado (sic)).

Por otra parte, desde el Ministerio del Interior, se aboga, ante la ola de incendios que se están declarando este verano e España, por una “política de prevención en invierno”, aduciendo que “una política de prevención en invierno es una política real”; algo que mis bisabuelos y mis tatarabuelos, ganaderos y agricultores, ya conocían perfectamente.

Pero, mientras tanto y paralelamente a todas estas declaraciones absolutamente vacías de contenido real, el Oso Pardo (Ursus actos);  el Lobo Ibérico (Canis Lupus), incluido, desde septiembre del año 2021, en el  Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, al igual que lo está el mencionado oso)  y que como acaba de recordar el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León: este animal es una especie protegida, por tanto, no puede ser considerado su aprovechamiento cinegético; los perros asilvestrados (un problema en aumento en muchas zonas) y el meloncillo (Herpestes ichneumon), por citar sólo algunos ejemplos, ponen en jaque, un día sí y otro también, por los daños directos e indirectos que generan, a la ganadería extensiva.

Ello hace que ésta se vea obligada, por razones fundamentalmente económicas al no  poder superar las incidencias generadas por la fauna silvestre y asilvestrada, a abandonar extensas áreas de la España vaciada, dónde su presencia ha sido histórica y fundamental.

Bien es cierto, como se ha recordado no hace mucho desde la Consejería de Agricultura de Aragón, con la que coincido plenamente, que el mal enfoque de las ayudas de la actual Política Agraria Común (PAC), no han incentivando, ni incentivan, adecuadamente a la ganadería extensiva, está siendo también un importante factor negativo para la permanencia y para el desarrollo de la misma.

Y no se olvide que la ganadería extensiva siempre ha tenido y sigue teniendo, un importante papel por sus funciones medioambientales, como mantenedora del paisaje y de la población en el medio rural, como “limpiadora” de las zonas donde se ubica y, consecuentemente, siempre ha constituido un elemento fundamental para la prevención de los incendios (es, sin duda, el mencionado abandono de amplias zonas de nuestra geografía, por parte dela ganadería extensiva (vacuno, ovino, caprino, etc.),  es una de las razones, sino la principal, de la ola de incendios que actualmente nos asola).

En definitiva, el mencionado y pertinaz “fuego amigo”, tanto desde la Moncloa como desde Bruselas, está logrando llevar a la ganadería extensiva a una situación realmente compleja. Una situación a la que no se ve, al menos en las actuales circunstancias sociales y políticas soluciones reales; entre otras razones porque los pseudo – ecologistas, los proteccionista de despacho, los anti ganadería, etc. etc. tienen cada día más protagonismo público.

Y así, un ejemplo más del “fuego amigo”, el mismísimo Director General de Derechos de los Animales acaba de sugerir lanzar una iniciativa popular para revertir la protección cultural de la que goza la tauromaquia y «evidenciar» el rechazo popular a la misma y de paso, como quien no quiere la cosa, acabar por eliminar al Ganado Bravo.

¡Y así nos luce el pelo!

Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.

 

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