La vacuna británica contra la Peste Porcina Africana sigue avanzando

Como es bien conocido la Peste Porcina Africana (PPA)  causa en los animales afectados fiebre, pérdida de apetito, vómitos y diarrea sanguinolenta en cerdos y jabalíes, con tasas de mortalidad que pueden llegar a alcanzar el 100 por 100.

Actualmente, esta enfermedad está presente en muchas regiones y desgraciadamente continúa propagándose por Europa del Este y Asia, habiendo generado, por una parte, la muerte de más de siete millones de cerdos en todo el mundo en el año 2019 y, por otra, interrumpiendo los sistemas de comercio que están entrelazados con la industria porcina.

Sin una vacuna comercial, eficiente y eficaz, disponible, las medidas estrictas de bioseguridad y el sacrificio de animales susceptibles son los únicos métodos disponibles para controlar la PPA.

Ahora, los científicos del Instituto Pirbright han comunicado que han desarrollado una vacuna vectorizada. La misma utiliza un virus no dañino (el vector) para administrar ocho genes estratégicamente seleccionados del genoma del virus PPA (VPPA) en las células de cerdo.

Una vez dentro de la célula, los genes producen proteínas virales que preparan a las células inmunes de cerdo para responder a una infección por PPA. Todos los cerdos que fueron inmunizados con la vacuna estaban protegidos de una enfermedad grave después de la exposición con una cepa de VPPA que de otro modo sería mortal, aunque si es cierto que desarrollaron algunos signos clínicos de enfermedad.

Por primera vez una vacuna vectorizada contra la PPA se convierte en una posibilidad realista en la lucha contra esta enfermedad.

La aplicación de este  tipo de vacuna también permitirá algo muy importante: la diferenciación de animales infectados de aquéllos que han recibido una vacuna (DIVA). Esta es una característica clave, dado que va permitir establecer programas de vacunación sin sacrificar la capacidad de comerciar.

Según los científicos mencionados el próximo paso será descubrir la forma, los mecanismos, por los que las proteínas producidas por los genes del virus estimulan el sistema inmunitario. Una vez se conozcan estos mecanismos se podrá seguir avanzando con el objetivo de lograr mejorar la eficacia.

Se trata, sin duda, de un avance alentador.

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