AGAPROL: el vacuno de leche, dos años en el ojo del huracán

El conflicto en Ucrania no puede eclipsar el verdadero origen de la crisis que atraviesa el sector pecuario del vacuno de leche en nuestro país y que nada tiene que ver con la situación global.

La subida de los costes de producción arrancó en el tercer trimestre del año 2020 y desde entonces los precios de la soja y el maíz no han hecho más que aumentar. Por aquel entonces el precio de la tonelada de maíz era de 183 euros mientras que la de soja se situaba en los 323 euros. Desde entonces, el encarecimiento de uno de los inputs (60 por 100 del total) no ha hecho más que crecer

Este incremento alcanza el 109 por 100 en el caso del maíz y del 78 por 100 en el caso de la soja que en el mes de marzo se cotizaban en las lonjas en 384 y 575 euros respectivamente.

El propio índice de referencia del ministerio de Agricultura para la alimentación animal (SILUM) revela crecimientos paralelos para el precio del Pienso Complementario (PC) que en julio del pasado año 2020 se estimaba en 175 euros y en la actualidad rebasa los 390 euros.

La senda de los precios de la energía para el vacuno de leche es similar a la registrada en el resto de sectores y, aunque acuciada por la tensión con Rusia, lleva meses con una clara tendencia alcista.

El precio percibido por los ganaderos también ha aumentado en este mismo periodo, pasando de los 325 euros por tonelada del año 2020 a los 383 que se reciben en la actualidad.

Las ayudas estatales ayudarán a resolver parte del problema temporalmente pero el sector no puede olvidar que existe una reciente normativa que prohíbe expresamente vender por debajo de los costes de producción.

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