El lobo sigue atacando
Una vez más, ante la falta de toma de las medidas adecuadas, el lobo sigue atacando a las ganaderías y estos ataques cada vez son más importantes.
Por una parte Asaja Palencia ha denunciado el ataque de lobos que ha sufrido una explotación ganadera en la localidad de La Lastra, perteneciente al municipio de Triollo, en la Ruta de los Pantanos. En este caso el ganado afectado ha sido equino, que se ha visto indefenso ante el lobo pese a contar la ganadería con varios perros mastines. El ataque se ha producido solo a unos doscientos metros del casco urbano.
Como ha puesto de manifiesto el sindicato los ataques de los lobos son reiterados y los ganaderos temen por el futuro de su ganadería y de las de la zona. Así, de acuerdo con ASAJA, el Tribunal Supremo no lo remedia, la caza del lobo mantendrá su prohibición.
Pese a que las directivas europeas permiten la caza al norte del Duero, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha introducido a la especie dentro del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, consiguiendo de facto que se prohíba la caza de este depredador que, cada vez más, asola los pastos y campa a sus anchas.
La inclusión en el listado se realiza alegando el peligro de extinción de la especie, algo que nadie se cree. Y es que cualquiera que habite en las zonas loberas sabe que hay más lobos que nunca. La forma de medir la presencia del lobo no es calcular los ataques que produce al ganado doméstico porque hay muchos ataques que no se denuncian porque los lobos se llevan una o varias crías que desaparecen sin dejar rastro, no pudiéndose demostrar que haya sido el lobo el culpable.
Además, las indemnizaciones solo se pagan a ganaderos que tengan seguro en las zonas externas a la Reserva Regional de Caza de Fuentes Carrionas o simplemente se indemniza tan poco que no merecen la pena las idas, venidas, llamadas…», añade la organización agraria.
Asaja Palencia afirma que en la provincia de Palencia actualmente miramos de reojo a la provincia de Ávila, que sufre más de mil ataques al año y que, por estar situada al sur del Duero, no ha contado con el control poblacional cinegético que sí hemos tenido en nuestra provincia. Aun así hay que recordar que, de los cupos de lobo que se permitían, solo se cazaba algo más de la mitad, por lo elevado de su coste y por lo difícil de cazar un animal tan astuto. Ávila marca un camino que no queremos seguir.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!