Musicoterapia equina (I)

Es este un tema realmente apasionante, con un presente y un futuro realmente apasionante y que, para el “gran público” es relativamente muy desconocido. Por esta razón, nuestro interés en publicarlo, en dos partes, en el boletín de ÁGORA TOP GAN.

El caballo es un animal muy sensible a su entorno, constituyen, además, presa de otros, en su estado salvaje. Ello determina que desarrolle un comportamiento asustadizo y estresado por naturaleza. Su comportamiento y su  sensibilidad auditiva se han ido adaptando a las circunstancias de su entorno desde que el caballo coexiste  con el ser humano.

Los caballos eran capaces de reconocer cuando un animal, como, por ejemplo, el lobo, les iba a atacar, o por el contrario, no tenían miedo cuando escuchaban a la gente gritar por la calle. Estaban acostumbrados a escuchar sus pasos y el ruido de las ruedas de los carruajes sobre las carreteras (Rørvang, Nielsen & McLean, 2020).

El caballo y la música han estado en estrecha relación desde que éste apareció en nuestra sociedad. En el siglo XVII se fundó la primera escuela ecuestre en Viena, conocida hoy en todo el Mundo. En ella los caballos, en sus exhibiciones, “bailan” acompasados con la música.

En general, en las cuadras de caballos, los trabajadores usan la radio, poniendo música como medio para mejorar su entorno de trabajo y calmar a los caballos. En un estudio, se llegó a la conclusión de que la música podría ayudar a los caballos a relajarse en situaciones estresantes.

La música está considerada como un lenguaje complejo con tonos, frecuencias y volúmenes diferentes. Se ha visto que los caballos prefieren vivir en cuadras con música porque les ayudan a equilibrar su bienestar, enmascarando los estímulos ruidosos externos. También se ha observado en otros estudios, que los caballos responden mejor a la música con una melodía corta y un ritmo fuerte, lo que corresponde al tipo de música clásica o country. Este tipo de música puesta a volumen bajo tiene un efecto positivo sobre los caballos, ayudándolos a relajarse cuando están en las cuadras comiendo o durmiendo.

En otros estudios, se evaluó el efecto de la música sobre el comportamiento. Los parámetros analizados fueron la frecuencia cardiaca y los cambios de comportamiento (Wilson et al., 2011). La frecuencia cardiaca máxima en los caballos estudiados, y el período de tiempo de elevación de la misma, disminuían cuando se escuchaba música, y el comportamiento de éstos, era tranquilo, es decir, aumentaba el tiempo en el que el caballo se quedaba en la cuadra sin moverse y comiendo.

Recientemente, en otros trabajos de investigación, se ha probado el efecto que tiene la música en caballos  estabulados durante la noche, sobre el comportamiento, relacionado con el tiempo de sueño y el descanso (Hartman, Greening, 2019). Se vio como la frecuencia del comportamiento relajado aumentaba significativamente cuando se les ponía música durante la noche, al igual que la frecuencia de ingestión de comida. Estos cambios les permitieron concluir que la música tiene un efecto relajante en los caballos (Hartman, Greening, 2019).

Se ha descrito que la música específica para caballos se puede utilizar como enriquecimiento ambiental y terapia para relajarlos en varias situaciones, como pueden ser, durante el ejercicio,    durante la visita del veterinario o del herrador, dentro de la cuadra, después      de una cirugía, para ayudarlos a recuperarse más rápidamente; durante el transporte, o para enmascarar las tormentas eléctricas, cosa que les estresa mucho.

En definitiva, de acuerdo con todos los estudios disponibles, se puede asegurar que los caballos asocian la música con la comodidad.

Rosana Domingo Ortiz
Profesora Titular
Facultad de Veterinaria CEU
Universidad CEU- Cardenal Herrera

 

Béatrice Etlicher
Veterinaria
Facultad Veterinaria
Universidad CEU

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