Es muy difícil de poder llegar a entender
Mi buen amigo y gran Maestro, el Catedrático de Universidad, Prof. Dr. don Jaime Lamo de Espinosa, publicó, hace un par de días en la prensa nacional, un encomiable artículo, titulado “El grito del mundo rural” cuya lectura, en las actuales circunstancias, se hace altamente recomendable, por no decir imprescindible.
En él, el autor, cuyos conocimientos acerca de la actual realidad de nuestro sector agrario (agrícola y ganadero), en razón de su formación como ingeniero agrónomo y como economista, son muy profundos y amplios, llevó a cabo un detallado análisis de la complejidad de la misma; de las razones que han conducido a ella concluyendo con la reflexión, que comparto plenamente, de que al Gobierno no le queda otra opción que escuchar al mundo rural y atender sus peticiones.
Paralelamente, la situación gordiana en que se halla sumido nuestro sector (cuya complejidad se ha visto muy incrementada por las consecuencias que comporta y comportará, en un futuro a corto – medio plazo, la guerra en Ucrania) me lleva a insistir en lo que ya llevo mucho tiempo pregonando: hay que reconsiderar, en el marco de la Unión Europea (U.E. – 27), en profundidad y sin partidismos, el famoso PACTO VERDE.
Creo firmemente que la U.E. – 27 no puede priorizar, en forma alguna, modelos productivos que conduzcan inexorablemente a un descenso significativo de su capacidad productiva agraria, en un momento donde, no se olvide, empieza a asomar la cabeza una “seria crisis parcial de desabastecimiento”.
En este sentido recordemos aquí, por favor, el informe emitido hace ahora unos seis meses (fue en agosto del pasado año) por el Centro Común de Investigación (ente de naturaleza científica de la propia U.E.).
En él se ponía claramente de manifiesto, en negro sobre blanco, que la sustitución de los actuales modelos productivos agrarios por otros ambientalmente más sostenibles y más vinculados a una “transición ecológica”, podrían llegar a suponer perfectamente, en una primera apreciación global, una reducción de las producciones de hasta un 15 por 100, siendo el sector ganadero el más afectado.
Ello comportaba, a su vez, un aumento medio de los costes de producción de un 10 por 100 y, consecuentemente, un impacto económico significativamente negativo para la gran mayoría de los agricultores y de los ganaderos de la U.E. – 27.
Desgraciadamente, a estas alturas, algunas de las conclusiones y predicciones del mencionado informe se han visto ampliamente superadas y, así es preceptivo hacer mención, en la actualidad, a unos incrementos en los costes reales de producción (en base a una contabilidad analítica), que, en no pocos casos, superan el 20 por 100.
En este marco se me hace muy difícil llegar a entender, en realidad no lo puedo llegar a entender, cómo, en esta oportunidad, nuestros europarlamentarios del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) NO han votado a favor de las enmiendas presentadas por los europarlamentarios del Partido Popular (PP), a una resolución sobre seguridad alimentaria debatida hace unos días en la Eurocámara. Por el contrario, sí han apoyado una enmienda que proponía la aceleración de la implementación del Pacto Verde en la Unión Europea.
La mencionada enmienda, insisto no votada por nuestros europarlamentarios socialistas, solicitaba se suspendiera toda nueva iniciativa legislativa, especialmente toda aquélla que estuvieran ligada a las estrategias “de la Granja a la mesa” y a la de la biodiversidad, cuando comportaran una reducción de la producción agrícola.
Paralelamente se solicitaba que, ante la actual situación, se otorgase a los Estados Miembros (EE.MM.) la posibilidad de desarrollar una producción agrícola en las superficies de interés ecológico utilizando adecuadamente, en los casos dónde fueran técnicamente necesario, fertilizantes y productos fitosanitarios.
En mi opinión y ante lo acontecido, el Gobierno, como bien dice el profesor Jaime Lamo de Espinosa, no sólo ha de escuchar y atender al mundo rural, sino que, paralela y urgentemente, debe de instruir adecuadamente a todas las personas que le representan en las instituciones públicas, empezando por la Eurocámara.
El objetivo es evidente: evitar, en la medida de lo posible, se den actuaciones como las descritas, tan atentatorias contra la viabilidad de las actividades empresariales de nuestros agricultores y de nuestros ganaderos.
Actividades absolutamente vitales para todos nosotros y que son las que les han obligado a manifestarse, ejemplar y masivamente, en Madrid, para defender la supervivencia de su modo de vida.
¡Triste, muy triste, pero cierto!
Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.
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