A vueltas con la influenza aviar

Retomo, por su actualidad, un tema de gran importancia en el ámbito de la producción avícola y que, en estos momentos, afecta, con mayor o menor intensidad, a muchas partes del Mundo. Me refiero a la gripe aviar o Influenza Aviar, tema sobre el que escribí a finales del año pasado, concretamente en el Boletín de ÁGORA TOP GAN nº 97.

Ya entonces explicaba que se trata de una infección viral de la que se conocen varias cepas. Las mismas se clasifican de una forma muy genérica en dos grandes grupos: Influenza Aviar de baja patogenicidad (IABP), que suele cursar como una enfermedad leve que, incluso, puede ser asintomática e Influencia Aviar de alta patogenicidad (IAAP) que da lugar a signos clínicos graves y también a una alta tasa de mortalidad que puede llegar, para la gran mayoría de las especies domésticas, al 100 por 100, en un plazo de 36 a 48 horas.

Ahora, este problema importante que está afectando a gran parte de Europa (siendo, probablemente, la peor epidemia causada en Europa por esta enfermedad hasta la fecha) también ha llegado a España.

En la actualidad la cepa predominante es la H5N1, que inicialmente tiene poca capacidad de transmisión a las personas. No obstante, hay que tener en cuenta que los virus de la Influenza Aviar,  se caracterizan por poder sufrir mutaciones con rapidez, por lo que su capacidad de saltar entre especies es relativamente elevada.  Paralelamente, hace 10 días, concretamente el pasado 5 de febrero, el CISA (Centro de Investigación de Sanidad Animal) confirmaba el primer caso de la presencia del virus H5N8 en Castilla y León.

Como comenté oportunamente el tema de la Influenza Aviar genera un importante impacto, a nivel de la producción pecuaria. El mismo supera claramente al aspecto puramente sanitario dado que las zonas geográficas, afectadas por esta enfermedad viral, no pueden exportar sus producciones y, paralelamente, la misma da lugar al sacrificio masivo obligatorio de las aves ubicadas en las granjas afectadas.

En nuestro país, en esta oportunidad, el primer foco de esta enfermedad se detectó en la primera semana de enero, cuando una cigüeña y cuatro  cisnes fueron hallados muertos en el rio Segre a su paso por Soses en la provincia de Lérida.  El día 18 de enero se declaró oficialmente la enfermedad, por primera vez en este año 2022, en una granja con pavos de engorde ubicada en Segovia, concretamente en Fuenterrebollo. Hasta el momento de escribir estas líneas se han sacrificado en España del orden de unas 400.000 aves (contando con las 133.000 sacrificadas en la granja de Iscar, Valladolid) mientras que, como es lógico, se están forzando, en todas las granjas avícolas, las medidas de bioseguridad.

El origen de esta epidemia, insisto, está en las aves migratorias afectadas que nos llegan desde el Este. Ello da lugar a que, durante la época de llegada de las mismas a nuestro país y su permanencia en él, sea extremadamente difícil, a pesar de todos los esfuerzos que se están llevando a cabo, poder evitar la propagación geográfica de la enfermedad.

No hace falta decir que aprovechando este doloroso “paso del Pisuerga por Valladolid”, donde los empresarios – avicultores, obviamente, son víctimas de las circunstancias y  no villanos, los conocidos “grupos anti – ganadería” (empezando por Greenpeace, que dispone de mucho dinero, y siguiendo por los de siempre, animalistas, veganos, etc. etc.) han desatado un nuevo y bien orquestado ataque contra la ganadería empresarial, en este caso la avícola, utilizando, como siempre, los medios sociales de comunicación inundándoles de medias verdades y de posverdades.

Nada nuevo bajo el sol y aunque, afortunadamente, es una gran verdad verdad  que “no ofende quién quiere, sino quién puede”, creo sinceramente que ya va siendo hora que, entre todos, empezando por nuestros dirigentes, les paremos los pies a toda esta tropa, que tanto daño nos está intentando hacer y que, sin duda, hace a la propia sociedad.

Y lo hemos de hacer, entiendo, comunicando sin miedo y argumentando y contra – argumentando, permanentemente en base a las realidades zootécnicas, técnicas y científicas; esto sí, con educación y guardando siempre las formas.

¡Siempre ha habido clases!

Carlos Buxadé Carbó.

Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.

 

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