Insisto, ¿por qué no te callas?

 

Lo que voy a comentar esta sucediendo en estos momentos en España, pero podría suceder en cualquier país del Mundo, que  pusiera al frente de su  Ministerio de Consumo a una persona absolutamente inadecuada; bien es cierto que pocos países del Mundo se permitirían esta licencia.

Como recordarán nuestros lectores, hace media docena de meses, concretamente en el boletín de ÁGORA TOP GAN  nº 82, que veía la luz en la segunda semana de julio del pasado año 2021, titulaba mi nota ¿Por qué no te callas?

Hacía uso de esta frase histórica pronunciada por el Rey Emérito, don Juan Carlos I, hace  más de 14 años, concretamente el 10 de noviembre del año 2007, dirigida al entonces presidente de Venezuela, el teniente coronel Hugo Chávez, para aplicarla, en aquel boletín, a don Alberto Carlos Garzón Espinosa, economista y que incomprensiblemente y por desgracia para todos nosotros,  era entonces y sigue siendo en el momento de escribir estas líneas, el Ministro de Consumo del Gobierno de España.

De nuevo el señor Garzón (cuyo desmedido afán de protagonismo y su animadversión a la ganadería empresarial son bien conocidos), en una entrevista concedida el pasado 26 de diciembre al periódico The Guardian, hacía gala, una vez más, de su ignorancia supina y/o de su mala fe, en todo lo que se refiere a la realidad de nuestra actividad pecuaria.

Hablando en términos coloquiales, si ustedes me lo permiten, el señor Garzón ha vuelto a meter la pata hasta el corvejón; ha hecho un ridículo espantoso, además de mentir y, con estas mentiras e inexactitudes, ofender al sector pecuario español. Estas declaraciones, realizadas además, como ya lo he indicado, a un relevante medio extranjero, ponía, insisto, inadmisiblemente y una vez más, a “los pies de los caballos” a la producción pecuaria española y, por un “efecto reflejo”, a todo el sector agrario y al propio país.

De las decenas y decenas de reacciones críticas, que ha generado el señor Ministro con su verborrea sin sentido, me permito traer a colación, en razón de su especial significado y contundencia, las de don Javier Lambán, actual presidente socialista del Gobierno de Aragón, con quien estoy absolutamente de acuerdo.

El señor Lamban  dijo textualmente que “estas desgraciadas e insensatas declaraciones son una agresión directa a una parte importante de la economía aragonesa, que se esfuerza por ser competitiva y sostenible. El que las hace no puede ser Ministro de España ni un día más. Son, en sí mismas, un insulto a la inteligencia”.

Pero hay más, don Javier insistía el pasado viernes en que el Ministro de Consumo, don Alberto Garzón, aunque sólo fuera por respeto a sí mismo, debería dar un paso atrás”, y, paralelamente, le echaba en cara y recriminaba sus visiones ecologistas de salón” que, a su juicio, no le permiten apreciar el hecho de que el sector cárnico, en particular el aragonés, cumple con todas las normativas.

Lamentablemente y como era de esperar, mucho más “suaves” han estado el Ministro de Agricultura, don Luís Planas y el señor Presidente del Gobierno de España, don Pedro Sánchez, quien, no se olvide, avaló en su día un informe en el que se aseguraba que “el modelo cárnico español es un peligro para la salud pública”.

En esta oportunidad, don Pedro, en su línea, se ha limitado, en su intervención ante del Comité Federal del PSOE, a señalar “el apoyo del Ejecutivo a agricultores y ganaderos”, sin mencionar, en ningún momento, igual que el señor Planas, las enormemente desafortunadas afirmaciones del  señor Ministro de Consumo, que tanta polémica y tanto “cabreo” han generado, a todos los niveles.

Las mencionadas declaraciones del señor Garzón a The Guardian, en las que afirmaba que España exporta carne de mala calidad, procedente de animales de renta maltratados, deberían haber sido, en mi opinión, inmediatamente “premiadas”, por parte de nuestro Gobierno, con el cese fulminante de su autor, pero…

Permítaseme concluir esta nota trayendo a colación al Ingenioso Hidalgo: el miedo que tienes, dijo don Quijote, te hace, Sancho, que ni veas ni oyas a derechas, porque uno de los efectos del miedo es turbar los sentidos y hacer que las cosas no parezcan lo que son”.

¿Me he explicado?

Carlos Buxadé Carbó.

Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.

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