El pregón de don César Lumbreras

Nos complace publicar, una vez más, la opinión de don César Lumbreras, publicada el pasado día 8 de enero en el boletín digital de Agropopular:

Lo resumía ayer de forma muy gráfica la corresponsal de COPE en Alemania, la salmantina Rosalía Sánchez: «ahora mismo, lo que menos apetece por aquí es comprar carne española». Se refería a la tormenta desatada por las declaraciones del ministro de Consumo a un periódico británico, que han sido reproducidas en una buena parte de medios de los Estados miembros de la UE, a las que se debe agregar un reportaje aparecido esta semana en un semanario austriaco, en el que se califica a España como la pocilga de Europa. ¡Menudo comienzo de año, por lo menos para nuestro sector ganadero y cárnico! Resulta que el ministro de Consumo, Alberto Garzón, se desmelenó otra vez, como ya hizo hace seis meses, en este caso en un diario británico, y puso a los pies de los caballos a una parte de la ganadería nacional, la intensiva, por su métodos de producción.

Garzón ha recibido críticas por doquier, desde las organizaciones agrarias y del sector cárnico, hasta partidos políticos como el PP, Vox y Ciudadanos y el asunto se ha colado en la precampaña electoral de Castilla y León. También desde el lado socialista, como los presidentes de Castilla La Mancha y de Aragón, Page Lambán, se han despachado a conciencia. Durante los últimos días se han multiplicado las peticiones para que dimita o sea cesado. La ministra de Educación, Pilar Alegría, y la portavoz del Gobierno, Isabel Rodriguez, salieron diciendo que eran declaraciones a título personal, algo que se caía por su propia base. Aquí, el único que no se ha manifestado ha sido el otro ministro más afectado por las declaraciones de Garzón, el de Agricultura. ¿Dónde ha estado Luis Planas todos estos días? Pues no se sabe. Ha aplicado la táctica habitual en él a lo largo de su dilatada carrera política de más de cuarenta años: ponerse de perfil para que no le salpique. Una vez más, no ha salido a defender los intereses del sector agrario y del campo cuando sufre algún tipo de ataque desde el Gobierno al que él mismo pertenece.

No es la primera vez que da «la espantá», ni tampoco será la última. Sin embargo, mucho me temo que esta vez ya no cuela. Y es que son demasiadas las veces en las que anda desaparecido. Tan solo unos ejemplos: ¿dónde estaba Planas cuando su Gobierno ha aprobado una reforma laboral que ha sido muy criticada por todas las organizaciones agrarias? ¿Dónde estaba Planas cuándo Teresa Ribera aprobó la nueva normativa sobre el lobo? Finalmente, ¿dónde se encontraba Planas cuando desde el Ministerio para la Transición Ecológica se redactó la nueva planificación hidrológica?

Pues ni estaba, ni se le esperaba. Una vez más, con esto de Garzón, Planas ha hecho mutis por el foro y no ha dicho ni arre, ni soo, ni muuu, ni beee, ni pio y menos quiquiiriquí. ¿Dónde está Planas? Pero, ¿acaso hay ministro de Agricultura?

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