El MAPA ante  las declaraciones “garzonianas”

Deseo empezar esta nota dejando claro que, a nivel personal,  todo el equipo que conforma el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), al que en gran medida conozco desde hace muchos años, y  con el que coincido con una relativa frecuencia (por ejemplo, en FIGAN) está constituido por una serie de profesionales sumamente correctos, amables y educados. A este nivel, obviamente, me merece el mencionado equipo todo el respeto del Mundo.

Otra cuestión es a nivel profesional. En esta faceta y hasta el presente, hablando siempre en términos generales,  el Ministerio me ha decepcionado en más de una ocasión. En este sentido, podría hacer mención, para sustentar mi afirmación, a la intervención desde Atocha en algunos temas recientes e importantes, como, por ejemplo, en el de la inclusión del lobo en el grupo de las Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPE)), en  el de la nueva Ley de Bienestar Animal o en el “Plan estratégico de la PAC”, presentado por el MAPA en Bruselas.

Pero, en esta oportunidad, me voy a referir a la posición que  ha adoptado el MAPA (que es el responsable, en España, entre otros, de los temas relacionados con la alimentación) ante las declaraciones del señor Garzón a The Guardian.

Al margen de que desde Atocha se tardó varios días en hacer oír su voz, lo cual ya de por sí, dada la gravedad de los hechos, me parece poco adecuado (igual se estaban esperando órdenes o indicaciones “de la superioridad”), la verdad es que el conjunto de sus declaraciones efectuadas me ha parecido sumamente descafeinado y sin la contundencia que cabía esperar del Ministerio que, a nivel del Gobierno, debería ser siempre el encargado de mirar por el bien del sector agrario y de defenderlo, con todas las consecuencias que ello puede comportar.

A lo más que se ha llegado es a decir desde Atocha que se ha tratado de unas declaraciones bastante desafortunadas. También se ha afirmado que nuestro Ministerio no había tenido conocimiento previo de las mismas y, por otra parte, se han referenciado una serie de nimiedades que, en mi opinión, podía haberse ahorrado perfectamente e ir al núcleo de la cuestión.

Así, por ejemplo, se ha afirmado que no hay conflicto entre la ganadería extensiva y la intensiva (lo que, hasta ahora, ha sido más que obvio; en el futuro…ya veremos); que nadie duda ni de la calidad ni de la seguridad de los productos agroalimentarios españoles y que su seguridad es absoluta y también su calidad (naturalmente, con esta finalidad trabaja el sector cada día); también se ha afirmado que la polémica generada es lamentable, porque pone en tela de juicio la actividad de gente muy honrada como son los agricultores y los ganaderos que laboran en nuestro país (¿quién duda, en su sano juicio, de su honradez y de su sacrifico, en el día a día?).

Pero, desde nuestro Ministerio no se ha sido capaz, al menos en esta oportunidad y en mi opinión, de poner los “puntos sobre las íes” al ser abordado el tema de las mal denominadas macro – granjas, ni de defender a la ganadería empresaria de elevada dimensión, ni, mucho menos, de poner en su sitio al señor Garzón, que es lo menos que el señor Ministro de Consumo se merecía.

Sinceramente, creo que cabía esperar, en esta oportunidad, una respuesta mucho más contundente desde Atocha, pero reitero mi afirmación de la semana pasada, que, igual a nivel de nuestro Gobierno, “el miedo guarda la viña”.

Permítanme, para terminar esta breve nota, que yo si dé aquí mi opinión a nivel exclusivamente profesional. Desde mi punto de vista, el señor Garzón no es, en las actuales circunstancias, la persona más indicada para estar al frente del Ministerio de Consumo,  y, por otra parte, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), en situaciones como las referidas y en razón de la gran importancia que tiene para el sector agrario, debería adoptar, si se lo permiten, claro está, unas posiciones mucho más contundentes y beligerantes.

Al fin y al cabo, nos guste o no, nos estamos jugando nuestra imagen, a nivel nacional e internacional, y “el pan nuestro de cada día”.

Carlos Buxadé Carbó.

Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.

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