Los costes se disparan en las granjas sujetas a un contrato de integración

El sindicato Unió de Pagesos ha alertado acerca del aumento de los costes de producción en las granjas integradas, y estima que en las de aves de engorde el sobrecoste puede superar el 40 por 100 respecto a la media de los años anteriores, con una gran incidencia del combustible.

En cuanto a la integración en porcino y de vacuno de carne, los costes irán aumentando cuando los ganaderos se vayan adaptando a las exigencias medioambientales, como la gestión de las deyecciones y de las reducciones de emisiones.

Por último, en el caso de la avicultura de puesta la incidencia se medirá en los próximos años con la posible eliminación de las jaulas.

El sindicato también expuso que logró que la administración autonómica se comprometiera a velar por el buen funcionamiento de los contratos de integración después de reclamarlo hace años.

La Generalitat de Cataluña anunció que pondría en marcha un plan de control de los contratos escritos en el que se verificará el precio, pago y plazos y sanciones en caso de incumplimiento. Aunque la modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria no ha incluido todas las demandas del sindicato, permite establecer sanciones en caso de incumplimiento de estos tres puntos. Unió de Pagesos también pidió que este plan de control anunciado incluyera la revisión del contenido mínimo de los contratos de integración.

Unió de Pagesos lleva desde hace tiempo pidiendo la creación de un “Observatorio de Precios de las Granjas Integradas” para poder conocer con datos fiables los costes de producción y la remuneración recibida, cuestión que trasladó igualmente a la administración regional.

Durante este año, el sector de integración de Unió de Pagesos ha presentado las demandas del sindicato a los representantes de las casas integradoras de porcino, aves de corral y vacuno de carne. De acuerdo con el sindicato: “cabe recordar que el régimen de integración ganadera ha permitido un complemento a la renta agraria de muchas fincas agrícolas, ha ayudado al arraigo en el territorio y ha logrado un alimento de calidad, seguro y un precio asumible para el consumidor”.

Cataluña es el único territorio en el ámbito estatal que tiene una norma que regula el régimen de integración. La ley determina obligaciones y responsabilidades de cada una de las partes y un contenido mínimo del contrato de integración, pero no establece sanciones en caso de incumplimiento.

En Cataluña, una parte importante de las granjas porcinas (el 75 por 100), avícolas (95 por 100) y, en menor medida, las de vacuno de carne (25 por 100) trabajan bajo el régimen de integración.

Recuérdese que la integración ganadera se fundamenta en un acuerdo entre una empresa, en este caso la integradora, y el ganadero el integrado. En este acuerdo, entre otras cuestiones, la integradora suministra los animales, el pienso y, si fuera necesario, medicamentos. El ganadero integrado cuida de los animales y les da alojamiento durante el período de engorde o del ciclo reproductivo, según la granja y la especie, a cambio de una remuneración que puede ser un tanto por animal o según el rendimiento de los animales.

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