México y Latinoamérica ante el reto de las enfermedades exóticas
México, al igual que muchos países, pasa por un momento muy complejo en su sector porcícola, el cual ha sido llevado al extremo en su capacidad resiliente. Diversos factores comprometen la rentabilidad, donde la sanidad la juega un papel protagónico, que hoy se enfrenta a una terrible enfermedad exótica, la Peste Porcina Africana (PPA).
El continente americano se mantuvo libre por los últimos 40 años de esta enfermedad, mientras atestiguábamos de cómo, a partir del 2018, este virus causaba estragos en las piaras asiáticas, lo que ocasionó un desabasto de carne en el mercado mundial y con ello mejores oportunidades de colocar nuestros productos con precios más convenientes.
Con las recientes notificaciones de positividad a la Peste Porcina Africana, en República Dominicana, seguida por Haití, cambió por completo el panorama en América Continental y encendió las alarmas para prepararnos ante esta amenaza, que si bien, se venían realizando preparativos de manera calculada, pero lenta, nos recordó lo vulnerable que somos en cuanto a una bioseguridad integral.
Hoy tenemos una vasta información sobre esta enfermedad, que ha derivado en la aparición de “expertos de escritorio”, ya que muchos de ellos nunca han visto brotes de virus tan devastadores como esta plaga. Por ello, es prioritario conocer la realidad del problema. El sector privado ha reiterado su disposición para colaborar con las autoridades zoosanitarias, ya que están conscientes que sólo con trabajo en equipo se podrá superar este enorme reto. Es bien sabido que, a diferencia de países como Estados Unidos y Canadá, el sector oficial en Latinoamérica tiene severas limitaciones en recursos materiales y tecnológicos en las diversas áreas veterinarias para atender la vigilancia y el diagnóstico, entre otras actividades que permitan enfrentar efectiva y oportunamente esta enfermedad. Aún con esas carencias, un paso inmediato fue fortalecer áreas vulnerables como la vigilancia en puertos y aeropuertos.
La eficiente producción y exportación de carne de cerdo por países Latinoamericanos, ha demostrado que son importantes jugadores a nivel mundial. Para ello, han mejorado sus procesos en bioseguridad, producción y comercialización.
Sin embargo, hay áreas a atender, como lo son las producciones de traspatio, las cuales tradicionalmente subsisten como un medio de complemento de ingresos para muchas familias, que, si bien no aportan una cantidad significativa de producción, si representan un riesgo en la bioseguridad regional, ya que muchos de esos productores no cuentan con asesoría profesional o simplemente, no siguen las recomendaciones del sector oficial. Otros factores para considerar: buscan mantenerse fuera de cualquier censo y pueden utilizar, como base de la alimentación de sus animales, la escamocha (sobras de comida) para abaratar su crianza.
Un peligro latente son las caravanas de migrantes que buscan llegar a los Estados Unidos, cruzando países de Centroamérica y México, quienes por medio de los alimentos que puedan traer desde sus lugares de origen y sin realizar las revisiones adecuadas en las fronteras, pueden comprometer aún más el estatus sanitario de la región, elevando el riesgo de transmisión además de la Peste Porcina Africana, de la Fiebre Porcina Clásica y la Fiebre Aftosa. Debido a todo ello, Latinoamérica debe promover asertivamente la notificación oportuna de casos sospechosos, que permitirá desplegar los dispositivos de emergencia.
Otra área a considerar es la disposición de presupuestos específicos para el diseño de estrategias en la compensación económica de los animales afectados por enfermedades exóticas, tanto por muerte como por sacrificio sanitario, que dependerá de efectivas negociaciones entre el sector productivo y los gobiernos.
Para ello, se trabajará colaborativamente, en esquemas públicos y privados, que generen mayor certeza en el desarrollo, así como en el sostenimiento de nuestra actividad porcícola, con una visión enfocada en los riesgos que representan las enfermedades exóticas, entendiendo que somos un eslabón de la cadena de producción de proteína animal de calidad, donde la responsabilidad que deje de realizar uno, nos afecta a todos.
Jorge Iván Espinosa Vázquez
Médico Veterinario Zootecnista
Diplomado en Agro negocios, TEC de Monterrey
Director General de la Unión Regional de Porcicultores de Jalisco (URPJ)
Coordinador del Consejo Técnico de la Organización de Porcicultores Mexicanos (CT-OPORPEX)
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