La compleja situación de las ganaderías de ganado bravo
Lo exponía la semana pasada, en el marco de una Jornada Técnica organizada por el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Castila – León y Cantabria, la situación económica en que se encuentran la inmensa mayoría de las ganaderías de Ganado Bravo, que están activas en España entre las más de 1300 ganaderías dadas de alta, nada tiene que ver, por ejemplo, con la situación de sus homónimas en Francia, Colombia o México.
Actualmente, en nuestro país, imperan unas realidades sociales, políticas y económicas, que condicionan y limitan mucho a estas ganaderías y, paralelamente, a todas las actividades de índole económica relacionadas con el Ganado Bravo.
A mi modo de entender hay cinco grandes factores de incidencia a considerar aquí.
Así, está la propia organización gremial, deficiente y dividida; la base animal, que actualmente, en general, no transmite emoción a los tendidos; la creciente presión social negativa a partir de todo lo que se relaciona con la protección y el bienestar animal; la negativa presión institucional del propio gobierno de la Nación, claramente posicionado en contra de todo lo relacionado con la Fiesta y con los Toros y, no por último la delicada situación económica en que está inmersa nuestra sociedad lo que afecta muy directamente a la capacidad adquisitiva media del ciudadano de a pie (como referencia téngase en cuanta que el PIB, Producto Interior Bruto del año 2020 fue de 1,12 billones de euros cuando la deuda pública ascendió, el año pasado, a 1,35 billones de euros).
Al final todo ello redunda en una reducción muy importante de la demanda destinada los espectáculos taurinos, de una actividad cultural (cómo así está definida), que no implica a más del 8 por 100 de los posible espectadores (al margen de los que asisten y/o participan en los festejos populares). Ello significa que los ganaderos tienen realmente muy serias dificultades para vender adecuadamente los productos que generan en sus fincas.
Hoy, producir un cuatreño viene a suponer, en base a una contabilidad analítica, de 5.000 a 7.000 euros y estás cantidades sólo las pueden satisfacer en nuestro país y con muchas dificultades, algunas pocas plazas de primera categoría.
Por otra parte, el número de corridas de toros (que es dónde se encuentra la demanda más cualificada) ha disminuido drásticamente. Así, han pasado de las casi 1.100, que tuvieron lugar en el año 2007 a las 349 del año 2019 (año anterior a la la incidencia de la COVID – 19); esto supone una reducción del 68 por 100. De estas 349 corridas de toros sólo 54 tuvieron lugar en plazas de primera (sic).
En grandes cifras lo expuesto significa que la actividad taurina propiamente dicha en España ha pasado de generar cerca de 3.000 millones de euros anuales (años 2006 y 2007) a generar, en el año 2019, 1.350 millones (que supone el 0,13 por 100 de nuestro PIB); si a ello añadimos los 19.882 festejos populares que tuvieron lugar en este año 2019, por un valor de 4.500 millones de euros (0,36 por 100 del PIB), resulta que toda la actividad económica generada directamente a partir de las primeras fuentes de ingresos de las ganaderías de Ganado Bravo apenas si alcanza el 0,5 por 100 de nuestro Producto interior Bruto.
A estas cantidades hay que añadir la venta de carne (alrededor de 8.000 toneladas anuales frente a las 670.000 toneladas totales de carne de vacuno producidas en España) y la venta de animales para vida.
Entiendo que, todo lo aquí expuesto, justifica el título dado a esta nota y, paralelamente constituye lamentablemente una muestra inequívoca del doloroso languidecer de una actividad ganadera, de una producción animal, y de una base animal, realmente fantásticas y únicas, íntimamente unidas al ecosistema de la dehesa.
Probablemente, éste sea un precio más a pagar por el progresivo e irreversible alejamiento, físico y emocional, de nuestra sociedad, cada vez más urbanita y más gregaria, del medio rural, en este caso, muy unido a la denominada “España vaciada”.
Sin duda, muy lamentable.
Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.
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